viernes, abril 29, 2011

Apsara

José Lezama Lima nos introduce al mundo de lo mágico en cada instante de sus descripciones. Ahora se trata de una Apsara, la escultura así relatada nos hace recuerdo a la famosa The Sick Rose de William Blake. Podríamos estar presenciando según la visión de Blake a la delicada enferma del goce carmesí, mientras Lezama, gracias al cúmulo pasional del caribe, la muestra totalmente entregada (y acaso voluptuosa) a la tensión del encuentro con la amenaza.


"Veamos en una escultura del periodo helénico búdico, la dama de las manos finas, Apsara.
Un escorpión resbala por la canal voluptuosa de uno de sus muslos. Aceptamos la ley primera de esa escultura, lograr la afinación danzante de una de sus manos. Pero la otra mano, lejos de seguir el rastro tourmenté del escorpión, se cruza sobre el pecho, como sobrecogida de la serpentina perfección de una mano, del voluptuoso paseo del scorpio por la teoría rosa.
Su enigma fuera de causalidad habitable, parece reflejarse en su rostro, que contempla la penetración voluptuosa de una de sus manos, mientras es invadido por la otra deliciosa búsqueda del escorpión. Apsara, dama gozosa, se entretiene en el ritmo de sus dedos, mientras se sobrecoge al ver que es apetecida por la ajena voluptuosidad. Terror al sentirse en el centro de un ajeno destino, que tiembla. "

La cantidad hechizada (frag.)
José Lezama Lima

miércoles, abril 20, 2011

Voces


A continuación una carta que Alejandra Pizarnik envió a Antonio Porchia, autor de Voces, un libro que recomiendo para ser leído, dialogado, anotado, reflexionado, acaso contrastado y respondido, pero jamás ignorado.





Buenos Aires, 20 de Abril de (¿1963?)

Querido amigo Antonio Porchia:


¿Cómo hablar de lo indecible? Sólo por medio de las Voces. Sólo ellas han logrado hacer pleno este lenguaje, sólo ellas han sabido llenar de sangre las palabras y transformarlas en la Palabra, la única valedera. Si no mediara mi gran afecto por usted tal vez no le enviaría estas líneas. Una cosa es hablar de las Voces a un público anónimo y otra a su autor. No es posible ---por lo menos en mi caso--- explicarlas o comentarlas; sólo puedo decirle que mientras las leía, ellas ---que contienen todas las respuestas--- suscitaron en mí un eco silencioso que asentía dulcemente. Un eco como proveniente de tiempos inmemoriales, como si se refiriera a nuestros orígenes, a lo más hondo de la vida. Me sucedió uno de esos procesos reminicentes que sólo pueden llevar a los grandes y buenos encuentros. Y es a usted a quien se lo debo. Sus voces son de lo más puro y hermoso que se encuentra en el mundo. Y es usted quien las creó.
Gracias.

Suya

Alejandra Pizarnik


martes, abril 12, 2011

Frases de pensadores bolivianos

Para una revisión, he elegido algunas frases célebres de pensadores bolivianos desde José Mariano Serrano hasta Marcelo Quiroga Santa Cruz. Juzgue el lector el proceso, piense el pensador su juicio.


José Mariano Serrano (1788 – 1851)

Pero vosotros sabéis que destruir tiranos no es acabar la tiranía; que las revoluciones pueden ejecutarse con dicha, pero rara vez conducirse y terminarse con acierto.

Agustín Aspiazu (1826 – 1897)

Habitantes de un astro que chispea, suspendidos en el firmamento, vivimos en el cielo; tenemos nuestra cuna, nuestro hogar y nuestra tumba en el cielo, y por consiguiente un justo título para aspirar a nuestra perfección.

Adolfo Ballivián (1831 – 1874)

Es más fácil abjurar las creencias que sostenerlas; para lo primero, basta un momento; para lo segundo, no siempre basta una vida colmada de infortunios. He resuelto colocar mi cabeza en la picota del verdugo, antes que colocarla en la picota de la infamia.

Mariano Baptista (1832-1907)

Empezad por lo posible; porque lo perfecto está al fin.

La condición de toda victoria es la paciencia.
La intriga y el servilismo suelen correr denso velo ante los ojos del poder.

Dos cosas son de desear que se acrecienten en Bolivia, un gran odio y una gran fuerza: el grande odio es contra las vías de hecho, contra las asonadas populares y motines de cuartel que llamamos nuestras revoluciones, la grande fuerza es la conciencia pública.

La libertad no consiste en simples declaraciones. Un acto eficaz vale más que todas ellas.

Mamerto Oyola Cuellar (1838-1902)

La libertad de las mayorías sin reconocer más freno que las pasiones ejerce tiranía de peor carácter que el despotismo del sable.

Primo Arrieta (1859-1910)

La ciencia tiene más sinceridad cuando habla de su impotencia que de sus triunfos.

Jaimes Freyre (1868-1933)

No es el verdadero justo el que hace triunfar la justicia, sino siempre aquel que sabiendo que se le llama injusto realiza su obra de justicia.

Daniel Sánchez Bustamante (1870 – 1933)

No hay poder más grande que el poder moral: despierta la veneración, el amor y la obediencia. Los otros poderes obligan, pero no seducen: la obediencia ante ellos casi siempre oculta la callada hipocresía.

La aspiración es el núcleo racional de los deseos que agitan el espíritu: los deseos son fuerzas sociales y fuerzas morales, fuerzas indómitas al despertar y aun fatales en su desenfreno; pero son también fuerzas disciplinadas y eficaces cuando la inteligencia tiene el hábito de gobernarlas.

No hay hombre de acción que no haya visto multiplicadas sus energías y que no haya maravillado a sus contemporáneos.

La misión del hombre no es gozar, sino sublimar la porción de tarea que le ha tocado por el pensamiento o por la nobleza de la conducta.

Mientras haya sociedades en la tierra, habrá la eterna controversia entre los que sostienen la libertad y la plenitud luminosa de su pensamiento y los derrotistas mortales que sólo incuban inquisiciones, logias, despotismos.

Man Cesped (Manuel Céspedes, 1874 – 1932)

El optimismo de la acción es el alma de la fuerza. El optimismo iluso, es el sueño de los débiles.

Franz Tamayo (1879 – 1956)

Si en su heredad siembra el rústico, el sabio siembra en olvido. Mas para el Gran Sembrador sólo la muerte es heredad.

La tierra no es sólo el polvo que se huella, sino el aire que se respira y el círculo físico en que se vive. La tierra tiene un genio propio que anima al árbol que germina y al hombre que sobre ella genera.

José Luis Tejada Sorzano (1882 – 1938)

Lo que me ha faltado no es suerte, más bien lo que me ha sobrado es mala sombra.

Ignacio Prudencio Bustillo (1895 – 1928)

El hombre no existe más que por sus obras; aquel que nada ha hecho, pasa por la vida como un fantasma.

Saber una cosa porque se tiene fe, es lo mismo que ignorarla.

La conciencia no es más que un espejo opaco que refleja las opiniones del medio en que uno vive.

Por respeto a la libertad, la ley permite que el pobre entable la lucha por la vida sin más armas que su debilidad y su hambre.

Gustavo Adolfo Otero (1896 – 1958)

Conocemos al hombre teórico, genérico, eterno, pero estamos incapacitados para el conocimiento del primero que pasa por la calle o de nosotros mismos.

Le conviene al pícaro ignorar a las gentes honradas y al mediocre le interesa desconocer que existen hombres de inteligencia superior.

Gustavo A. Navarro (Tristán Marof) (1898 –1979)

El peligro más que una satisfacción romántica es una voluptuosa necesidad.

Para realizar el mundo socialista no basta con la fe y el espíritu de sacrificio sino que se necesita actividad, cultura, honradez, que no se crean con revoluciones sino con el esfuerzo paciente de las generaciones.

Javier Paz Campero (1899 – 1959)

Los infidentes, desleales y cobardes; los simuladores de la honradez, del talento y del civismo, paralogizarán tal vez, momentáneamente, a las multitudes, mas nunca conseguirán llegar al corazón del pueblo, ni a formar una patria grande y digna.

Enrique Baldivieso (1901 –1957)

Dos grandes fuerzas rigen el mundo: el hambre y el amor.

Oscar Únzaga de la Vega (1916 – 1959)

No combatir (la tiranía) es hacerse cómplices.

Rafael García Rosquellas (1907-1973)

La justicia es una categoría moral y por consiguiente, su contenido no puede ser determinado por la teoría pura del derecho.

El derecho puro es un vaso sin contenido, una copa de cristal vacía.

Hay tantas justicias como Estados hay, sin contar con las concepciones puramente doctrinarias de la justicia, es decir, con las no incorporadas a los regímenes, válidos con las propias de tal o cual partido.

Roberto Prudencio (1908 – 1975)

El alma es un estado del paisaje.

Las energías latentes de la tierra se plasman en imágenes, en intuiciones, en ideas.

Jaime Saenz (1921 – 1986)

Yo digo: es necesario pensar en el mundo –el interior del mundo me da en qué pensar. Soy oscuro. No me interesa pensar en el mundo más allá de él; la luz es perturbadora, al igual que el vivir –tiene carácter transitorio.

Marcelo Quiroga Santa Cruz (1931 – 1981)

Cada día se yergue Bolivia por la primera vez. Por esto su marcha tiene toda la vacilación de un tambaleante ambular infantil y esta misma razón explica el que sus siempre primeros pasos terminen en una lamentable caída.

martes, abril 05, 2011

Responso



Este sencillo mundo
en donde cada quien se halla
hábil para elegir
excelente para ser elegido.

Este simple mundo que descarga su violencia sobre los pequeños

que protege a las mujeres no femeninas
–nuevas revelaciones de los diarios-
que impulsa matrimonios gay
y se rasga las vestiduras por los abortos
con campañas infinitas para la píldora del día después.

Hay un reloj en las inseparables pulseras
y todos quieren llegar a tiempo
pero el tiempo ya se ha ido en las conversaciones por el celular

¿dónde estás?
¿dónde te has ido?

Es el sonido del ringback el que identifica tu circunstancia
–quiero decir tu inútil emoción-
mientras la luna no deja de bañar el Puente de las Américas
del que un día te lanzaste
para morir definitivamente entre la modernidad
de los play station
y los absorbentes cráteres del crack.

Ahora no hay retorno desde el suicidio.
La ciudad
como cualquier otra de este siglo
sigue la espontánea razón de su promiscuidad.

Y entre los cartones de la plaza
un niño clefea para no desfallecer de hambre
precisamente en el momento en que las campanas llaman
y ya es hora de la misa de las cinco
pero no habrá servicio para nadie
y el sacerdote que no es sacerdote
mecánicamente
dirá frases sin sentido
para que se regocije el viento.
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