viernes, septiembre 22, 2006

La dama de las maderas

Pues los días, con sus soles y sus lunas puntuales, me llevan a pensar en ti, mujer forastera, en tu aroma, que es aroma de cotidiana ternura. Y entre que te nombro y me aproximo, siento que hay en ti un algo que delata esa carestía de amor que deben tener los hototogisu, pájaro cuya figura se completa con las hojas secas, las piedras labradas del sendero donde se inclina un cerezo y se esfuma la espalda de un kimono dentro del jardín japonés que siempre estará en mi sueño. Y toda esa naturaleza prestada a las imágenes de lámina sé que mora en ti como esperando que irrumpa en sus parajes para tomar del agua clara que corre entre tus riscos. ¿Entiendes cuando hablo que nombro a tus aromas?

Todo reino es un reino de espera. Tu reino se llama Nuevo. A sus orillas hay escarpadas brechas, espinos, o solitarios prados de descanso, pero todavía no es el reino. El reino está detrás de varias jornadas, jornadas que serán no muchas si se oye la voz de las anjanas que nos guían en el bosque.

Pero entre que entro y te busco y me persigno, crece el número de aves y bambúes, brotan flores de las piedras y hay como un rocío en tu tálamo de musgos y de helechos. Donde adentro moraremos –yo sé que ha de haber un día- tú y yo como los brezos listos a ser nadie bajo el invierno, prontos a ser fruto, espiga, brote. Perdidos.

Estos los aromas que las cartas de la vida me han traído. Y tú, claro, eres la dama.

martes, septiembre 05, 2006

Verano

¿Qué es lo que necesita el hombre para ser feliz?

El amor
se dirá naturalmente
pero acaso ya todos sabemos
que esa euforia
esa manera de querer las rosas
no tiene mayor acomodo
sino en los muros
que crecen interminables.

El asombro del mundo
aventuro tímidamente
hecho del deslumbre de las estrellas
del sol que se incendia con la tarde
y de las voces de los mayores
generalmente guardadas en papel
cuidadosamente encuadernado.

Y cuando no es bastante
-que es casi siempre-
nos emborrachamos de cosas cotidianas
música
televisión
juegos electrónicos
vino
cuerpos alquilados
o simplemente
placeres solitarios
que solamente dejan
una pequeña soledad insoportable.

Entonces recurrimos al Tarot
a las palabras sagradas
-todo lo que el hombre ha soñado
ya existe de algún modo-
para conocer
qué nos reserva el destino
a sabiendas que todo futuro está aquí
en los resquicios
en las luces de la noche
útiles para reír
útiles para leer
útiles para morir menos solo
cuando se trata de ese acto irrepetible
que a todos tocará
hayamos sentido ser felices o no
como una flor bellamente cortada
que se agostó sobre un vaso
mientras florecen los campos
día a día
gracias a este incesante vivir
que me parece
llamamos el verano.
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