viernes, abril 29, 2011

Apsara

José Lezama Lima nos introduce al mundo de lo mágico en cada instante de sus descripciones. Ahora se trata de una Apsara, la escultura así relatada nos hace recuerdo a la famosa The Sick Rose de William Blake. Podríamos estar presenciando según la visión de Blake a la delicada enferma del goce carmesí, mientras Lezama, gracias al cúmulo pasional del caribe, la muestra totalmente entregada (y acaso voluptuosa) a la tensión del encuentro con la amenaza.


"Veamos en una escultura del periodo helénico búdico, la dama de las manos finas, Apsara.
Un escorpión resbala por la canal voluptuosa de uno de sus muslos. Aceptamos la ley primera de esa escultura, lograr la afinación danzante de una de sus manos. Pero la otra mano, lejos de seguir el rastro tourmenté del escorpión, se cruza sobre el pecho, como sobrecogida de la serpentina perfección de una mano, del voluptuoso paseo del scorpio por la teoría rosa.
Su enigma fuera de causalidad habitable, parece reflejarse en su rostro, que contempla la penetración voluptuosa de una de sus manos, mientras es invadido por la otra deliciosa búsqueda del escorpión. Apsara, dama gozosa, se entretiene en el ritmo de sus dedos, mientras se sobrecoge al ver que es apetecida por la ajena voluptuosidad. Terror al sentirse en el centro de un ajeno destino, que tiembla. "

La cantidad hechizada (frag.)
José Lezama Lima
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