miércoles, octubre 04, 2023

La poesía Nuosu de Aku Wuwu

Cuando uno imagina a la gente de la China, uno piensa en muchísimas personas apiñadas en los extensos territorios del Asia que todos llamamos China cuando vemos ese mapa con forma de dragón barrigudo en el planisferio. Pero cuando uno se aproxima, se asombra de encontrar una multiplicidad de grupos culturales que difieren los unos de los otros, con su propia historia, tradiciones, mitos, cultura, modos de ser, y hasta de lengua.

Hoy queremos hablar de Aku Wuwu, un poeta de un grupo étnico minoritario del suroeste de China llamado Yi (Yizu). Aku es miembro de un subgrupo de los Yi conocido como Nuosu, que tuvo un “reino independiente” en las montañas del sur de la provincia de Sichuan durante cientos de años. Aunque la mayoría de los poetas yi contemporáneos escriben en chino, Aku ha tomado la delantera en la composición de poesía en el dialecto nuosu. Debido a estos esfuerzos, se le ha llamado el "creador de la poesía moderna en Yi".

Aku Wuwu nació en 1964 en el condado de Mianning, prefectura autónoma de Liangshan Yi, provincia de Sichuan. Sus trabajos han sido publicados en revistas y volúmenes editados como Manoa, Ratapallax, Cha y Basalt. Su colección de poemas en nuosu y en chino.

Como la mayoría de los poetas de minorías étnicas en China, también escribe en chino. Conocido por sus poderosas interpretaciones de poesía basadas en temas y motivos tradicionales yuxtapuestos con los desafíos contemporáneos que enfrenta su grupo étnico, la obra más conocida de Aku es "Calling Back the Spirit of Zhyge Alu", que se refiere a un antiguo héroe mítico.

Más de dos millones de nuosu viven en la prefectura autónoma Yi de Liangshan, en la provincia meridional de Sichuan, y sus alrededores. El nombre "Aku Wuwu" es una versión sinizada de Apkup Vytvy como está escrito en la romanización Nuosu. Su nombre chino es Luo Qingchun. Al crecer en una aldea, Aku aprendió a hablar chino alrededor de los siete años y a los 18 se había matriculado en la Universidad del Suroeste para Nacionalidades en Chengdu, la capital de la provincia de Sichuan. Aku Wuwu es actualmente decano y profesor de Estudios de Minorías Étnicas en la Universidad de Nacionalidades del Suroeste, Chengdu, provincia de Sichuan, y participa en muchos proyectos para promover la educación de los estudiantes Yi.

Autor de numerosos volúmenes de poesía tanto en nuosu como en chino, Aku Wuwu es también crítico literario y defensor de la poesía en “lengua materna” y está interesado en cuestiones de hibridación cultural. Sus obras traducidas incluyen Tiger Traces: Selected Nuosu and Chinese Poetry of Aku Wuwu (Aku Wuwu and Mark Bender, ed. 2006. Columbus: Foreign Languages Publications) y Coyote Traces: Aku Wuwu's Poetic Sojourn in America (Aku Wuwu 2015, Wen Peihong y Mark Bender, traducción de Beijing: The Ethnic Publishing House/Columbus: The Ohio State University National East Asian Resource Center).

Mark Bender, profesor especialista en interpretación tradicional y literatura relacionada con la interpretación de China, incluidas las culturas locales Han y de minorías étnicas, ha traducido a Aku Wuwu al inglés, además de haber escrito un texto al respecto llamado "El espíritu de Zhyge Alu: La poesía Nousu de Aku Wuwu".

Aquí hemos traducido ese texto, así como un poema de Aku Wuwu tomado de la versión inglesa traducida por Mark Bender.

El espíritu de Zhyge Alu:

La poesía Nuosu de Aku Wuwu

Aku wuwu (2005)
Las turbulentas aguas del rugiente río Yalong pasaban por debajo del puente bajo suspendido entre los estrechos acantilados de color rosa y gris. Aku Wuwu señaló a través de las tablas, unidas con cables y alambres, hacia un valle estrecho que conducía a las montañas con escasa vegetación. "Allá arriba se encuentra mi pueblo, a otra hora de caminata por ese sendero. Aquí es donde crucé para llegar a la escuela. Estos pastos a lo largo del río son los mismos a los que se aferraron los clanes Yi originales cuando migraron por estos valles fluviales hacia Liangshan. . Los mitos antiguos hablan de estas hierbas."

Aku Wuwu (romanización Nuosu: Apkup Vytvy) es un conocido poeta de la rama Nuosu del Yi del suroeste de China. Una vez conocidos como Lolo, los Yi son uno de los grupos étnicos minoritarios más grandes de China, con alrededor de siete millones; Decenas de sucursales viven en zonas montañosas de las provincias de Yunnan, Sichuan, Guizhou y la Región Autónoma Zhuang de Guangxi. Más de dos millones de nuosu viven en la prefectura autónoma de la nacionalidad Yi de Liangshan en las montañas Liangshan del sur de Sichuan y en la prefectura más pequeña de Ninglang en el norte de Yunnan. Hasta mediados de la década de 1950, los Nuosu en Liangshan eran relativamente independientes: pastoreaban cabras y ovejas, criaban pollos y cerdos, cultivaban patatas, maíz y trigo sarraceno, y complementaban su dieta con la caza y la recolección de plantas silvestres. Su estricta sociedad de castas, dividida en cuatro clases y descrita por los investigadores chinos como una "sociedad esclavista", era conservadora y aislada, y tenía pocos contactos con el mundo exterior. Las relaciones de clan y los vínculos matrimoniales siguen siendo de gran importancia en la vida comunitaria e individual, y la visión del mundo de Nuosu sigue siendo animista. Tienen muchas creencias sobre los espíritus y fantasmas de la naturaleza, que existen en diversas formas y a los que se culpa de toda una serie de desgracias. Los portadores importantes de la tradición son los bimo (sacerdotes), que cantan antiguos textos Yi en importantes ritos y funerales, y los sunyi (chamanes), que se comunican con fantasmas y espíritus tocando tambores hasta entrar en trance.

A finales de la década de 1950 y principios de la de 1960, los Yi y otras minorías se integraron más en la sociedad china en general, y comenzaron a surgir escritores, poetas y artistas Yi con estilos modernos. Entre los poetas yi de esta época se encontraban Wuqi Lada, cuyo estilo estaba fuertemente influenciado por las canciones folclóricas y epopeyas tradicionales de Nuosu, y Tipu Zhibu, que pertenece a un subgrupo Yi en Guangxi. Durante los excesos políticos de la Revolución Cultural, la cultura Yi fue atacada. Posteriormente, los líderes locales hicieron esfuerzos para promover y preservar la cultura, y se tomaron nuevas iniciativas en la conservación del idioma. A finales de la década de 1970, se introdujo en Liangshan un silabario Nuosu revisado basado en 819 glifos tradicionales. Aunque el chino es hoy el principal medio escrito en el que viven los Nuosu, la escritura Nuosu todavía se enseña y algunas personas han adquirido competencia en su uso.

A principios de la década de 1980, estaba en marcha una especie de renacimiento de las letras Yi, aunque la mayor parte del trabajo se escribía en chino. Entre los primeros de esta generación en obtener reconocimiento se encuentran Jidi Majia y Luowu Laqie. A finales de la década de 1980, habían surgido muchas voces nuevas, incluidas las del escritor y poeta Ma Deqing, el erudito épico Yi Bamo Qubumo, Asu Yue'er, Enimusuo Sijia y Aku Wuwu. En términos generales, estos poetas renacentistas componen obras sobre temas étnicos o personales y se basan en temas, formas, imágenes e inquietudes sociales y emocionales nativas. Todos han sido influenciados por la poesía china tradicional y moderna y por las traducciones de la poesía occidental moderna.

Nacido en 1964, Aku Wuwu comenzó a escribir como estudiante en la Universidad de Nacionalidades del Suroeste en Chengdu. A diferencia de la mayoría de los poetas yi contemporáneos, escribe tanto en chino como en nuosu, pero hasta ahora se ha negado a permitir que sus poemas en nuosu se traduzcan al chino. Entre sus obras poéticas se encuentran las colecciones en lengua nuosu Cux wa yyp mop (Río de invierno), publicada en 1994, y Lat jju (Huellas de tigre), una colección de poemas en prosa de 1998. En 1995 apareció una colección en chino titulada Zou chu wu shi (Fuera de la tierra de los hechiceros). Sus poemas han sido antologizados tanto en idioma yi como en chino...

Mark Bender. Manoa. University of Hawai'i Press

Volume 17, Number 1, 2005. pp. 113-118

 

 

Pieles de Tigre (Lat Nij)

 

El abuelo cazaba tigres.

Mi padre vendía pieles de tigre.

 

Antes de ser vendidas

eran colgadas frente a la casa

como ovejas preñadas que cruzaban el patio una a una

sus corderos se perdieron.

Detrás de la casa las pieles,

los perales y durazneros se marchitaron uno a uno.

 

En la pradera de mis sueños mi Padre

iba a pasos largos entre la muchedumbre

vestido de piel de tigre.

Los gritos “Ahí viene un tigre” resonaban

los muros de piedra del pueblo

se agrietaron,

y las piedras rodaron como cabras desbocadas.

La última fue mi madre, perseguida por el tigre hasta el final del bosque;

Ahí murió, sin embargo volvió a la vida.

 

Antes de ser vendidas las pieles del tigre

fueron las pieles del cielo

las pieles de la tierra

las pieles del agua

las pieles de las rocas.

Cuando se convirtieron en ventanas en la pared

esas pieles de tigre me definieron

Si me vieran, sería visto con

una escopeta de caza al hombro.

 

Al decidir montar un tambor sagrado con piel de tigre

uno teme esos latidos que entregan

plagas fulminantes a través del bosque infinito.

Al hacer un arnés con piel de tigre para el buey

el único temor es que no haya más tierra para arar.

Cuando se hace un estandarte con piel de tigre

el único temor es que nadie lo levante.

 

Nunca he visto una piel de tigre, tampoco un tigre.

“Un hombre deja únicamente su nombre al morir;

Un tigre deja sólo su piel”

¿Por qué no ser tigre?

¿Por qué a los niños nos educan así?

Cualquiera fuera la razón, esas pieles de tigre

fueron vendidas por mi padre.

 

En año nuevo

el piso estaba cubierto de agujas de pino

no se pudo encontrar ni una sola de las huellas del abuelo.

¿Murió otra vez en el cielo?

Que sea solo un sueño.

 

Llevé mi frío corazón para ponerlo

sobre las agujas de pino amontonadas

en el piso de la sala

No sentí los pinchazos de las agujas

como no sentí los tatuajes que cubrían mi cuerpo.

Era otra vez la medianoche de aquel día

La media noche de aquel día.

jueves, agosto 24, 2023

Horror y luz de todos los tiempos

Cuando la aurora despierta en las mañanas y la tarde muere en brazos de la noche, que camina como mujer poderosa en un universo infinito de soles, el hombre se levanta sobre sí mismo, se presiente a sí mismo, y erguido pronuncia palabras cercanas al sentido de la muerte y al misterio de la vida, arrastrando connotaciones que harían temblar los cimientos mismos de las cosas, si llevaran consigo la conciencia de las cosas.

La poesía emerge entonces como un volcán incalculable y no mide tiempos de ninguna naturaleza porque la poesía es el hombre mismo en actitud de conocerse, de observarse, d
e recordarse, de descubrir a la luz de la conciencia que la poesía es acaso la única claraboya de aquella caverna de la que hablaba Platón para mostrarnos el afuera que en realidad está adentro como todas las cosas del cosmos infinito.

Miradas así las geografías, qué magnitud pueden tener dos años de una pandemia mediática y feroz, qué si por mi insaciable apetito devoro mi casa, qué si debido a mi afán de depredador y mi desidia nos amenaza la tierra como un horno en cada una de las ciudades herederas de la ciudad de Dite; y entre estas preguntas, entonces, ¿qué poder tiene el aguijón de la guerra?, cuando acaso, siguiendo a los naturalistas de Cratilo, ya la palabra guerra, guarda dentro de sí todos los horrores del odio, las artimañas de las armas, la muerte, la destrucción, las ambiciones, las oprobiosas derrotas y las aparentes victorias.

Una es la gran amenaza del hombre, que es el hombre mismo. Aquí hay misterio, ya que el hombre es el portador de la llama de la poesía, que también oculta muerte, que también oculta infierno, que también pronuncia la palabra guerra.

Poesía líbrame de la poesía, hombre líbrame del hombre, y entonces, poetas renovados, celebrar las palabras sagradas que se guardan como oro puro en las profundas cámaras del corazón.


viernes, mayo 26, 2023

Elegía por Chico muriendo

 Publicamos el poema del poeta Manoel Herzog, "Elegía por Chico muriendo" traducido por Gary Daher:


ELEGÍA POR CHICO MURIENDO

Manoel Herzog

Chico se está muriendo, sus piernas ya no marchan

colgado, el cangrejo tiene ocho

y todavía se comió las dos de mi amigo.

ya no come, solo piel y huesos,

la muerte se apodero de su cuerpo

y su espíritu, ese es sólo muerte.

Chico se está muriendo, sus piernas ya no marchan,

su familia desapareció, apenas yo como amigo,

que Chico era un tipo muy raro

igual que yo, por eso somos amigos.

Chico se está muriendo, sus piernas ya no sienten,

estaba así desde hace veinte días

cuando me fui de viaje, pensé, no lo veré

a Chico cuando vuelva, pero está ahí.

Chico se está muriendo, que triste es, pienso,

ver ir a un amigo, y es como nosotros

que nos estamos yendo, me estoy haciendo viejo

enterrar a un hermano ya es un hecho pedestre.

pero no puedo llorar, no sé, creo

que realmente me convertí en un cínico insensible

y, pienso, hombre, Chico está jodido

o, pienso así, que bueno que no se trata de mí.

no sé cómo reaccionar ante el hecho,

no sé, realmente no sé, ¿por qué no lloro?

ni siquiera estoy triste, furioso, no siento nada.

a veces pienso así, si fuera un hijo,

o mi madre, mi padre, no sé, me desesperaba,

agarré un odio a Dios, Ese canalla

que se lleva a los míos lejos, por despecho.

pero cuando veo a Chico me gusta dios

creo que es sabio, hace lo correcto,

Chico tiene, quizás, que pasar por esto.

y aun cuando Él toma a los míos

no diré que lloro, de los que arriba

nombré, solo mi padre es el que ya se fue al pantanal.

y mi abuelo también, que ese fue un padre.

y ni siquiera así le agarré odio a Dios

cuando los llevó de aquí al gran pantanal

y ni siquiera lloré así, ni aun en el entierro,

me quedaba así como soy ahora,

cínico-duro-frío frente a los hechos.

El enfermero de Chico entonces me mira

le pregunto si aún le queda un cigarrillo

me dice que no, pero que, si quiero, lo compra.

Te doy diez reales, tráeme una cajetilla,

una bomba muy dañina, para ver si me muero

del mismo cáncer de pulmón que Chico.

me trae, le ofrezco uno, lo rechaza,

"estos son fuertes, no me gustan"

pero este es el que quiero, te mata, te despacha.

Enciendo uno y se lo ofrezco a Chico.

que ríe, ya no quiere, que ahora se marea

las que teníamos para fumar ya se fueron,

hemos pasado años buscando la punta de una colilla

colectivo de trabajadores pobres

de casqueros que se van hacia la fábrica de acero

y largan el pucho, subiéndose al ómnibus.

Así que fumo solo, solo por ira,

pidiéndole a Dios que no me dé un cáncer menor,

pero Dios, no me hace nada en el pulmón,

mándame, sádico, otra urticaria,

solo una gastritis feroz es la que me ataca

y me dan ganas hasta de vomitar

para que mi garganta deje de arder

Dios no me manda un cáncer, como lo hizo con Chico,

Dios es un canalla, escribe en renglones torcidos.

Yo, viendo la sabiduría de Dios,

y viendo la dulce muerte rondando el cuarto,

y al ver a este enfermero impermeable,

entro en una comunión con el todo

y la presencia de Dios me invade y siento

que puedo ser el Salvador del mundo.

Entonces reúno toda la reserva de energía,

de fe, de sensatez, de fuerza, de sexo,

y decreto al amigo moribundo:

"Lázaro-Chico, anda, levántate y anda".

y la Gran Nada se ríe de mi fe.

y un poeta francés susurra dulcemente:

"c'estpaspossible, frère, ne marchentpas."

Chico se está muriendo, sus piernas ya no marchan,

el enfermero me dice, "De hoy no pasa"

Yo creo que se va, que Chico se apega

se enfada con su hermano, cree que le roba,

pero, Chico, ¿y si roba?, qué puede importar.

pero Chico esta apegado, ella no lo suelta

de cosas, de la conversa, de gatos, de vida,

creo que Chico pasa, sí, pero de hoy.

Lo cierto es que mucho más allá no irá.

y le pido a Dios, si puede, que lo abrevie

pero Dios, canalla, juega al gato y al ratón.

no sé por qué, solo sé que Dios es sabio,

Solo sé que Chico pronto superará esto.

no sé si es para mejor, pero Chico lo superará

las piernas marcharán en el gran pantano.

y yo me quedaré por aquí un poquito más.

yo me quedo aquí, estropeando, temblando y caminado.

 

Tr. Gary Daher


sábado, mayo 06, 2023

Ciudad Íntima

Rubí Panoso interpretando Ciudad Íntima

 En 2002, la Alcaldía Municipal de Santa Cruz de la Sierra publicó un libro denominado Santa Cruz de la Sierra: Ciudad Íntima, que reunía poemas, relatos, cuentos, cuadros y ensayos sobre Santa Cruz. Bellamente, un grupo de teatro resucitó el concepto y a través de un guion lo está poniendo en escena en las Bibliotecas de la Red Municipal. 

Aquí tiene para su lectura, el texto que me corresponde.

CALLE JUNIN

 Existe una calle central con nombre de batalla, una batalla mítica, más ahora en mi imaginación pues se levanta, como probablemente la soñaría Borges al pergeñar su soneto, más pavorosa y llena de misterios de la que realmente fue o como me la contaron en aquella aula rural que miraba a la plaza de Roboré, hermosa, escoltada por gigantes multicolores, allá en la provincia, en el Chiquitos de mi infancia, cuento lleno de exabruptos patrióticos y frases deleznables. Esa Junín, digo la batalla, de lanzas, de soldados, de conjeturado desierto, encarna esta calle que parte de la plaza 24 de Septiembre y que para mí concluye en la avenida Cañoto donde ya espera el parque, el verde, y los fabulosos árboles que florecen totalmente en rojo, amarillo, blanco, majestuosos. Yo sé que muy poco tiene que ver esa victoria o esa derrota con el caminar bajo sus aleros, con la memoria del olor todavía fresco de tu cabello, porque el cuerpo que lucha su guerra santa contra el enemigo y conoce su piel y las geografías de su entrega, es el mismo que recibe la estocada cuando el amor combate contra nuestro corazón. Y no voy a nombrarte, aunque igual que esta calle, eres una herida en el pecho mío, en el rostro ansiado de la ciudad, y que es el camino por donde se desangra la luna (nadie conoce ese misterio) y se posa en tu hombro como si tus pasos regresaran y ambos seríamos los huérfanos de una historia inolvidable.

Así se muestra la calle Junín entre estos pasillos soportados por horcones, duros centinelas de madera añeja. Ya nadie los ve en los barrios, ausentes y olvidados, y menos en las villas donde las cabañas se levantan en medio de las calles erizadas de hierbas y arbustos desiguales. Estas maderas de fuerte quebracho que fueron los soldados de la ciudad. La ciudad que ha olvidado que la tal batalla de un lado y de otro enfrentaba a hombres armados –tú y yo también quién lo diría- ignorantes del desenlace, sin saber el porvenir, plagado de cercos de palmas en medio de la lluvia. Pero por donde quiera que se vaya las formas de la ciudad son la figura de la amada. La esfinge de la ciudad –ese oscuro laberinto de anillos y calles sin nombre- es también el cuerpo necesario para aparecer y desaparecer. Ese amor que se confunde y que es el grito de celo de esta Santa Cruz de la Sierra.

En esta misma Junín está el correo, allí donde nacen y mueren las cartas que un día te hicieron y te resucitaron. Cartas que hablaban de la seducción de las uvas maduras, de lo necesario que es vivir descalzo, como si su memoria regresara a las arenas cálidas de la infancia, cruzando, pantalón arremangado, los arroyos que se formaban después de las lluvias y tú eras apenas un presentimiento, un alma que recorría la fragancia y el garbo de las mujeres cruceñas, buscando un vientre para nacer. Y cuántas veces, yo también, ya alejado de toda esa tormenta, transito hoy por sus aceras, mientras otras cruceñas modernas, dueñas de su territorio, claramente reconocibles por su manera de andar y por su forma de mirar, van penetrando mi imaginario haciendo un coro de ángeles terrenos, virtud de la carne y del alma como en un paraíso adelantado.

Y todas las tardes que te amé en la casa de esta misma calle Junín, fieles a nuestra Carta Magna para amarnos sobre todas las cosas; quiero decir sobre las sábanas, enredados en el suelo contra el montón de ropa olorosa y recién lavada, temblando los dedos, avecillas ajenas tiritando entre las manos, entregados.

Por estas mismas paredes que nos vieron regresar ya profunda la noche, la oscuridad como una aliada, y la tenue luz de las estrellas derramada apenas por el borde de las ramas un poco desnudas de los cupesíes, miro pasar el silencioso transformarse de las casonas que se van haciendo tiendas de lujo, de las viejas ventanas de palo, de las pitajayas que crecían sobre antiguas tejas de barro. Si hasta el arrabalero comedor “La media vuelta”, lugar de inmigrantes, ha desaparecido, la calle Junín ya es otra calle, también lo es esta ciudad, que día a día se abre y cierra como una amante desquiciada. ¿Dónde estás, oh transformada? No lo comprendo.

Esta ha sido la batalla ganada a los años, perdida al destino, esta imagen que en mí esta grabada, calle Junín, ya no tan solitaria, ninguna como tú, aunque también fueron manifiestas las otras, donde los que estamos nos perdimos y nos encontramos. Así, quiero creer, la ciudad, un día llena de agua y de barro, otro día llena de tiempo, guardará un patiecito, acaso en esta misma Junín, un lugar bajo el tajibo, niña maga, los labios temblando, la sonrisa tentadora, allá, en el dos mil y tantos, ya libres de los vientos, allá, sigiloso, hundirme definitivamente entre tus brazos.

domingo, abril 30, 2023

La luz de la vida o El día interminable


No hace mucho tiempo, recibí en manos el libro El día interminable de Ricardo Calla Ortega, Plural editores, 2022. Se trata de un libro con veintiséis poemas señalados por números romanos.

La lectura de este trabajo supone un desafío para el eventual lector.  Y es que toda lectura, al igual que toda traducción, que en sí es su sinónimo, es un acto de riesgo. La primera impresión con la que se encuentra el lector es la de estar ante una especie de mar onírico, cuya interpretación podría ser tema del semanálisis, un ejercicio de lectura basado en la lingüística estructural y el psicoanálisis, útil para analizar cualquier texto y cualquier práctica significante desde la semiología. Pues de lo que se trata es de centrarse en la materialidad de los lenguajes: sus sonidos, ritmos y distribución gráfica, y no simplemente en su función comunicativa, haciendo del lenguaje un proceso transgresor dinámico más que como un simple instrumento estático.

Principalmente, cuando Kristeva nos advierte que “Todo texto se construye como mosaico de citas, todo texto es absorción y transformación de otro texto. En lugar de la noción de intersubjetividad se instala la de intertextualidad, y el lenguaje poético se lee, al menos, como doble”. De manera que el lenguaje poético se puede mover transversalmente sobre el discurso como infinidad del código, mostrando hasta dónde llega el código. La pregunta que se hace Kristeva, y que se tendría que hacer todo lector ante un texto es: ¿Por qué este texto está entramado así, de esta manera?

Aventuraré aquí una lectura, en ese sentido, la de descubrir cuál es el entramado de El día interminable.

No obstante, me detendré un poco en el contexto, y es que el libro trae en la portada una máscara humana de jade olmeca. Recordemos que estas máscaras no eran creadas para ser utilizadas desde un punto de vista práctico, ya que no tienen orificios para la nariz u ojos, algunas inclusive son planas en la parte posterior. Las máscaras humanas carecen de una individualización, no son retratísticas, y hay un repertorio muy limitado de personajes. Probablemente eran representaciones idealizadas. Y esta al tener el rasgo de la boca abierta y las pupilas dilatadas, podría indicar un estado de trance. A continuación, se descubre que el libro está dedicado a sus dos hijos fallecidos, Valeria y Andrés, y aunque luego se advierta que el trabajo que le tomó 29 años, y que iba de 1990 a 2019 habría concluido luego de la muerte de Andrés.

Asimismo, otra lectura podría tomar en cuenta los cuatro epígrafes que recorren lecturas de doce siglos, resaltados por el autor, en un trabajo presentado de esta manera, no podrían pasar inadvertidos. “¡He dormido en el jardín del emperador, / esperando la orden de escribir! / He visto el estanque del dragón…”. Li Po, siglo VIII D.C. “Somos los que nos convertimos en polillas / Frente a la llama de la belleza…”. Mehmed Hayáli. Siglo XVI D.C. “Las campanas suenan sin razón y nosotros también…”. Tristan Tzara. Siglo XX D.C. “Reina del viento fundido / -en el corazón de los peces fuertes- / pero tenaz memoria…” Aimé Céssire. Siglo XX D.C.

Regresando a nuestra lectura, diremos entonces que aquí las imágenes textuales hacen permanentes desplazamientos de los significantes en busca de un significado. Así, utilizando la clave del lenguaje poético se viaja en indagación de una puerta que se nos abra y nos deslumbre con su misterio. Leemos en consecuencia como en un palimpsesto que la cultura del autor está reescrita por sus diferentes lecturas, como él mismo nos advierte en sus Notas, que aparecen al final del poemario, a manera de colofón:

 

Debiera ser evidente la cita que hago, en la parte IV, de una línea irresistible de la inolvidable canción experimental popular brasileña Disparada de inicio de los 1960s. Igualmente, cualquiera notará, un rastro, al comenzar la parte IX, del extraordinario poema I.1. del Danzante y la muerte (1983) de Seke Rosso. ¿Y quién no reconocerá, en la parte IX, a Quevedo? Frases y ecos de Borges, Celan, Cesaire, Eliot, García Lorca, Gimferrer, Hölderlin, Lezama, Neruda, Tzara, Vallejo y Walcott a lo largo del texto tendrán también que ser inmediatamente reconocibles, siendo obvias. (40)

 

Uno por uno, los versos emergen en un tono descriptivo, como si el poeta estuviese asistiendo a escenas cuya descripción se traslada al mundo onírico. En estos versos el viaje descriptivo nos lleva a imágenes que se trasladan desde sirenas que lo invocan (¿Osaré repintar las sirenas que me invocan desde el aire?) hasta sumergirse en el profundo aliento de lo americano porque aquí es Guayaba el aroma de la claridad.

 

El agua, el sentido de lo femenino, la obsidiana, frutas exóticas, constelaciones americanas, mapas textuales que recorren topologías que cruzan las Antillas y el altiplano boliviano, se desgranan en un deletreo alucinante de asonancias y cadencias, que de repente se multiplican en versos cuya disposición gráfica se nos presenta a manera de coros. Sin embargo, su sentido final se me esconde como cuando uno se aproxima a la vida cuya proximidad, cuya intensidad, siempre está velada para otro que se exponga a leerla: poesía que se dice y expresa como latido de palabras.

 

En este viaje, de repente, nuestra lectura se encuentra con una elegía, como si la voz de las imágenes, en su gran mayoría surrealistas, lectura de lecturas, no sean otra cosa que resonancias del núcleo del poema, que quién sabe es también como esa cebolla de la que nos hablaba Jaime Sabines en su Como pájaros perdidos: “Se puso a desprender, una tras otra las capas de la cebolla, y decía: He de encontrar la verdadera cebolla, he de encontrarla!”. Este núcleo, creemos, se halla escrito en un fragmento al final del poema XV, fragmento que también es epígrafe del mismo poema:

 

Suenen campanas sin razón y nosotros también

 

¡Locura!

¡Blanca amargura!

 

¡Ya se avista el estambre del recuerdo en el viaje sin pasajes de mi amor inacabado!

¡Ya se avista la ribera del sentido en la nave harapienta de la urgencia!

 

(el repliegue   el galeón         el sopor

 

   el hocico de los islotes

      la tregua     el camino    la obsidiana

         sólo un atisbo de obsidiana

 

              estatua encarcelada)

 

Siguiendo el modo del palimpsesto este segmento empieza con un verso de Tristan Tzara:  Suenen campanas sin razón y nosotros también.

Valga, por tanto, este texto como una provocación para una lectura más profunda, que acaso rebata la aquí apurada, y para compartir de que estamos ante una propuesta distinta a lo que generalmente se viene trabajado en el campo poético, según este servidor: ríos de imágenes visuales y acústicas en palimpsesto cuya ninfa principal nos devela la hermosa elegía arriba presentada.

Una delicatesen.

jueves, agosto 04, 2022

Apuntes sobre Na Audiart

Estos apuntes sobre el poema Na Audiart, publicado en un anterior post se encuentran en el libro Ezra Pound:: Primeros poemas (1908-1920), publicado en 2018.


En primer lugar, Costa Pizarro nos informa:

NA AUDIART. Publicado originalmente en A Lume Spento, fue luego incluido en Personae of Ezra Pound (1909), Provenza (Boston, November 22, 1910), Umbra y en Personae. The Collected Poems of Ezra Pound. Como dice la Nota introductoria de Pound, el trovador Bertran de Born da forma a su amada tomando rasgos de varias damas de Langue d’Oc. Nace así una amada compuesta, como una creación de Pigmalión o el Dr. Frankenstein, sin el goticismo. Pound escribe otra versión del tema, que publica en Lustra, “Dompna Pois de me No’ Us Cal,” y es la fuente de otro poema, “Near Perigord.” Pound escribió “Na Audiart” en Crawfordsville. Se trata de un monólogo hablado por el caballero y trovador del siglo XII, Bertran de Born (1140-1215). Ezra puede haber encontrado la historia en el provenzal original, pero también la leyó en un libro publicado en Estados Unidos en 1899, The Troubadours at Home, de Justin H. Smith (1857-1930).

Título: Na significa dama. Proviene del provenzal dompna o donna. En la vida real, Audiart era Lady Aldigart de Malemort.

1.       En cuanto al argot, podemos advertir las siguientes aclaraciones:

Miels-de-Ben: mejor que bueno.

Aultaforte: el castillo de Bertran en Hautefort.

2.       Acaso vale la pena nombrar las figuras especiales de este poema:

Young and wry’d [joven y deformada]: es decir, un alma joven en un cuerpo viejo.

Que be-m vols mal: Aunque me quieres mal.

3.       Finalmente, Rolando Costa Picazo, traductor del poema nos hace notar el origen de estos notables versos:

And being bent and wrinkled, in a form … /As now seems it sweet [Y cuando camines doblada y arrugada, en una forma … / como dulce te parece ahora]. La fuente de estos versos es probablemente el poema de Pierre de Ronsard “Quand vous serez bien veille” (de Le Sonnets pour Hélène) que también inspiraron “When You Are Old” de Yeats.



miércoles, agosto 03, 2022

El caso de Pound

 A propósito del post anterior, y el poema de Pound, me parece interesante reproducir el ensayo de Ernesto Cardenal llamado "El caso de Pound", que nos reseña la vida del famoso poeta estadounidense.

Por / Ernesto Cardenal*

Esta es una de las más elocuentes apologías de Ezra Pound escritas en cualquier idioma. Con la fuerza de una historia trágica, Ernesto Cardenal reúne datos y citas críticas con el fin de dibujar una poderosa semblanza de un poeta que permanece, aún ahora, estigmatizado por su virulenta defensa del fascismo, una postura que lo llevó a defender la causa de Mussolini y a denunciar el rol de los Estados Unidos durante la segunda guerra mundial. Este es, en fin, uno de los textos claves para entender la obra de Cardenal, quien afirmó que ningún otro poeta había influido en su poesía tanto como él.

“A mí sobre todo me ha influido Pound”, declaró Cardenal a El País, el 4 de mayo de 2012, “que es el que me enseñó algo muy importante en la poesía: que en la poesía caben todos los temas, igual que en la prosa; que la poesía no es algo muy especial y exclusivo, sino que cualquier cosa puede ser incluida en un poema, desde datos biográficos hasta chistes, anécdotas, documentos, cifras… todo puede caber en la poesía. Mi poesía está llena de todo.”

Nota de Jorge Ávalos

“O frate”, disse “questi ch’io ti cerno
col dito”, e addito un spirto innanzi,
“fu miglior fabbro del parlar materno”.
DANTE
(Purgatorio, Canto XXVI)

Pound nació en una cabaña de Hailey, Idaho, en el lejano Medio Oeste de los Estados Unidos, en 1885. A los 15 años hizo su primer viaje a Europa (España, Italia, Francia). Volvió a los Estados Unidos, fue profesor por poco tiempo en Wabash College, Indiana, y lo expulsaron de allí por “inconvencional y europeo”. Se volvió a Europa en un barco de carga. Estuvo en Gibraltar; en Venecia publicó su primer libro de poemas, A Lume Spento; en Londres se quedó 12 años.

Vivía en Londres en un apartamiento oscuro en Kensington (dice Eliot) con un cuarto grande donde cocinaba y otro pequeño, triangular, donde recibía a sus amigos y escribía. El primer año en Londres público tres libros más de poemas; al año siguiente uno sobre las literaturas romances, The Spirit of Romance. Tradujo poesía japonesa. Fundó el Imaginismo (“Cada palabra debe ser una imagen que se vea”) con Richard Aldington y H. D., y en 1914 publicó la primera antología imaginista, Des Imagistes. Más tarde fundó el Vorticismo con Percy Wyndham Lewis y el escultor Gaudier Brzeska.

La influencia de Pound se dejó sentir en Keats, única voz viva entonces de la lengua inglesa, a pesar de la diferencia de edades. Dio a conocer por primera vez a Rabindranath Tagore (“será la sensación de este invierno…”).

A él se debió la publicación del Retrato del artista adolescente y después la de Ulises y del primer poema importante de Eliot, Prufrock, y del primer libro de Eliot (cuando ni Eliot ni Joyce eran conocidos). A los artistas jóvenes, especialmente a los americanos, les buscaba editores, subsidios, empleos para que pudieran escribir, los invitaba constantemente a comer y aun les daba su propia ropa, cuenta Eliot. En Paris a un músico norteamericano aún no muy conocido, Antheil, le consiguió un concierto y después escribió un libro sobre él para atraerle público: Antheil and The Treatise on Harmony. Para dar a conocer a Brzeska escribió otro libro.

“Los defiende cuando los atacan, los mete en las revistas y los saca de la cárcel. Les presta dinero. Les vende sus cuadros. Les arregla conciertos. Escribe artículos sobre ellos. Los presenta a mujeres ricas. Les busca editores a sus libros. Pasa toda la noche con ellos cuando dicen que se están muriendo y asiste a sus testamentos. Les paga por adelantado el hospital y los disuade del suicidio. Y al fin muy pocos se han abstenido de enterrarle el cuchillo en la primera ocasión”, escribió Hemingway.

Cuando se fundó Poetry de Chicago, Pound fue desde Londres el gran animador e impulsador y el corresponsal en Europa de la revista. Ha habido por lo menos cincuenta revistas literarias en lengua inglesa, dice Horace Gregory, que han sido influenciadas por él.

En 1915 publicó Cathay, sus traducciones de una antología japonesa de poesía china, especialmente de los poemas de Ri-ha-ku (Li-Tai-Po en japonés) y fue el introductor de la poesía china en nuestra época. Más tarde publicó su traducción del Ta Hio de Confucio, a quien ha tratado de incorporar a la cultura occidental como lo fue Aristóteles, y de incorporar la cultura china al Occidente como se incorporó la helénica (“un sensato curriculum universitario pondría el chino en el lugar en que estuvo antes el griego”) y lo ha logrado al menos en su propia obra. Tradujo mucha poesía moderna francesa que puso en boga, a Heine, a Guido Cavalcanti. Hizo una admirable transcripción de Propercio en lengua contemporánea: Homage to Sextus Propertius. Ha escrito tratados de economía, advocando su teoría económica del Crédito Social: A. B. C. of Economics; Social Credit; An Impact, etc.

De Londres pasó a Paris y tres años después a Rapallo, Italia, dejando la literatura inglesa muy diferente de como la encontró. En Paris, Eliot le llevó el manuscrito (“caótico”, según Eliot) del Waste Land y Pound con un lápiz azul lo redujo a la mitad convirtiéndolo en el poema admirable que conocemos (“Mi cesárea del Waste Land” decía Pound). Eliot le dedicó el poema: “A Ezra Pound, il miglior fabbro”.

Por esa época había empezado su obra mayor, The Cantos, su gran poema épico, verdadera “Commedia” de nuestro tiempo, aún sin terminar. De él hablaba en un poema juvenil cuando decía: “…esa gran épica de cuarenta años / de la que tú sabes, aún sin escribir”. Los Cantos han influido en poemas como Tbe Waste Land de Eliot, The Bridge de Hart Crane y Conquistador de MacLeish, entre otros. Dice Eliot: “En los últimos años he maldecido muy a menudo a Mr. Pound; porque no estoy nunca seguro de que puedo llamar míos a mis versos; cuando estoy precisamente más satisfecho de mí veo que se me ha pegado un eco de algún verso de Mr. Pound”. Y también dice: “No creo que haya nadie en nuestra generación ni en la siguiente cuyos versos (si son buenos) no hayan sido mejorados por el estudio de Pound”. Y James Joyce: “Nada más cierto que le debemos muchísimo todos. Pero yo más que todos, seguramente”. Y W. H. Auden: “Hay muy pocos poetas vivos, aun cuando no sean conscientes de haber sido influenciados por Pound, que puedan decir: “Mi obra sería la misma si Pound no hubiera existido”. “Sin Pound la poesía norteamericana no sería tan múltiple y multicolor como es”, dice Untermeyer.

Cuando aparecieron los primeros treinta Cantos dijo Allan Tate que ellos eran suficientes para entregarse a su estudio por treinta años, un Canto cada año, leyendo todos los treinta cada varias semanas para tener presente todo el conjunto. Y otro crítico: “En ellos sentimos que leemos, en potencia si no en acto, semina motuum, la poesía de las generaciones por venir”. Y no obstante hubo una conspiración de silencio, cuando no de ataque y de oprobio, contra la poesía de Pound. Lo que Henry Swabey llama el “racket” de Pound. Hecho en gran parte por razones ajenas a la poesía.

En Rapallo, Pound se adhirió al movimiento fascista, porque creyó ver en él la realización de su teoría del Crédito Social (una nueva economía, libre de usura). Teoría de la que no había logrado antes convencer al Congreso de los Estados Unidos aunque había hecho un viaje especial a Washington para ello, ni tampoco a la República Española, a la que había tratado de convencer por intermedio de Salvador de Madariaga. Pero la adhesión de Pound al fascismo fue únicamente en el campo de la teoría económica, y no defendió sus prácticas políticas. Por el contrario, hay numerosos testimonios en su Cantos en favor de la libertad:

Oh Inglaterra mía
que libertad de palabra sin libertad de radio la palabra es cero

(Canto LXXIV)

Para ser Señor de los cuatro mares de China
un hombre debe dejar a los hombres hacer versos
debe dejar al pueblo representar comedias
y a los historiadores escribir los hechos reales
debe dejar al pobre maldecir los impuestos.

(Canto LIII)

Es que el despotismo
o poder absoluto…
 soberanía ilimitada,
es igual en una mayoría de una asamblea popular,
un consejo aristocrático, una junta oligárquica,
un solo emperador, igualmente arbitrario, sanguinario,
y en todos sus respectos diabólico. Dondequiera que ha residido
no ha dejado nunca de
 destruir todos los records, memorias,
todas las historias
 que no le agradan, y de corromper
las que fue suficientemente listo de preservar

(Canto XXXIII)

Él decía que defendía la Constitución Americana, a la que consideraba violada (“la gran traición cobarde al pueblo americano y al sistema americano por la cláusula marrullera, y el Acta Bancaria de Febrero 25, 1863”). A los que lo acusaban de defender la causa fascista respondía en 1934: “Escribo por la humanidad en un mundo carcomido por la usura”.

Cuando empezó la guerra Pound dirigió fuertes ataques en la Radio de Roma contra la política de los Estados Unidos. Al entrar los Estados Unidos en la guerra las radiodifusiones de Pound cesaron por unas semanas, pero en enero de 1942 continuaron. “La Radio de Roma… ha ofrecido al Dr. Ezra Pound el uso del micrófono dos veces por semana, en el entendido de que no se le pedirá decir ni una palabra que vaya contra su conciencia o sea incompatible con sus deberes de ciudadano de los Estados Unidos…” dijo el anunciador. Pero Pound atacó la política de su país en guerra: “Nunca ganarán la guerra…” “Los han alimentado con mentiras, por 20 años los han alimentado con mentiras…” “Los Estados Unidos tienen varios meses de estar ilegalmente en guerra por los actos que yo considero criminales de un presidente cuyas condiciones mentales no son a mi juicio las que debería tener un hombre con esas responsabilidades y en ese puesto”. “Y Boston fue una vez una ciudad americana, cuando era del tamaño de Rapallo…” Pero Pound ha insistido siempre que sus ataques fueron por patriotismo y por amor a los Estados Unidos.

En 1942 el Congreso de los Estados Unidos lo declaró traidor a la Patria. En 45, cuando las primeras avanzadas norteamericanas llegaban al norte de Italia, Pound fue capturado. Fue interrogado en Génova. Después, según lo cuenta Peter Russel, “fue llevado a pie a Pisa, donde lo encerraron en una ‘jaula’ de alambres de púa, sufriendo las inclemencias del tiempo y las violencias físicas que le causaron la crisis mental que tuvo en los meses siguientes. Después de seis meses de este bárbaro tratamiento, por razones médicas fue trasladado a una tienda de campaña”.

En esta prisión de Pisa escribió Pound The Pisan Cantos y tradujo el único libro que le permitieron tener en su prisión: el Chung Yung y el Ta Hsüeh de Confucio. En noviembre del 45 fue trasladado en avión a Washington e internado en la Cárcel del Distrito de Columbia para ser juzgado. Antes del juicio fue sometido a un examen médico y un mes más tarde fue declarado enfermo mental e internado en el Hospital St. Elizabeth de Washington.

El informe médico decía:

El acusado, ahora de 60 años y en general en buenas condiciones físicas, fue un estudiante precoz, especializándose en literatura. Ha estado en exilio voluntario por casi 40 años, viviendo en Inglaterra y Francia, y los últimos 21 años en Italia, llevando una vida insegura de escritor de poesía y critica. Su poesía y crítica literaria han obtenido un reconocimiento considerable, pero en los últimos años su preocupación por teorías monetarias y económicas ha obstruido, al parecer, su producción literaria. Ha sido reconocido desde hace tiempo como excéntrico, descontento y egocéntrico… Insiste en que sus radiodifusiones no fueron traición, sino que todas sus actividades radiales obedecían a la misión impuesta por él mismo de “salvar la Constitución…”

Pound pasó 12 años en el departamento de locos furiosos de St. Elizabeth, en una celda herméticamente cerrada de dos metros cuadrados. Sólo en los últimos tiempos se le permitió, a ciertas horas de ciertos días, salir a los jardines del manicomio a recibir a su esposa y sus discípulos. En este tiempo tradujo las Analectas de Confucio, la Antología Clásica china de las 305 Odas seleccionadas por Confucio, y la Truchinae de Sófocles, continuó la serie de sus Cantos o, como les ha llamado últimamente, Cantares: Section: Rock-Drill 85-95 de los cantares (así en español) y Thrones: 96-109 de los cantares.

Ezra Pound en sus años finales. Fotografía / Cortesía

No obstante estar acusado por el Gobierno de los Estados Unidos, la Biblioteca del Congreso dio a Pound en 1949 el Premio Bollingen, para el mejor libro de poesía del año, por The Pisan Cantos: los Cantos que Pound escribió en la jaula, y en los que expresa más abundantemente sus puntos de vista políticos, sobre el fascismo, Mussolini (“poor old Benito”) y Roosevelt (“tiene la idea norteña del dinero”), etc. La violenta protesta que el Premio provocó en muchos sectores (se acusó a T. S. Eliot de presionar sobre el jurado, se pidió una investigación al Congreso) hizo que el Premio Bollingen se suprimiera, aunque el jurado se mantuvo firme en su decisión.

En abril del 58 fue libertado del St. Elizabeth Hospital y dado a “la custodia de su esposa”, en vista de que su locura, según opinión médica, era “permanente e incurable” y no estaría nunca en condiciones de ser juzgado, y tenerlo encerrado por más tiempo no produciría ningún beneficio terapéutico. Agregaba el Superintendente del Hospital que el poeta “no es persona peligrosa y su salida no amenaza a la seguridad de otras personas”. Inmediatamente que salió Pound se fue a Italia, declarando allá al llegar que todo los Estados Unidos era un asilo de locos. Vive actualmente en los Alpes italianos, en un castillo medioeval de su yerno, donde está escribiendo ahora los últimos Cantos de su gran poema, que según ha dicho tendrá 120.

Un día estos Cantos que ahora nos parecen tan difíciles van a poder ser entendidos hasta por un niño. Pero las razones por las que ahora se ha vilipendiado a Pound no serán entendidas por nadie sino por eruditos. Llegará un día, dice Pound (y yo estoy seguro de ello), en que la gente se preguntara: ¿Quiénes son esta Sra. Roosevelt y este Stalin de los que habla Pound?

Y los lectores de los Cantos ya no sabrán entonces, ni les interesará saberlo, si en aquellos lejanos tiempos Pound fue “güelfo” o “gibelino”.

Indudablemente, si hay un escritor ahora en el mundo que por encima de todos merezca el premio Nobel (y desde hace mucho tiempo lo está mereciendo y es un descrédito para el Nobel el que no lo haya obtenido), es Ezra Pound.

Monasterio de Santa María de la Resurrección
Cuernavaca, México.

*Tomado de La Zebra

 


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