Apuntes del futuro
No ha sido gracias a las máquinas, sino a una alucinante secuencia de procesos energéticos que aquí los expertos manejan utilizando inteligentemente el lenguaje de la naturaleza y sus energías, que me encuentro en el futuro y envío estos apuntes.
Se me ha indicado que el texto no puede ocupar más espacio que el de 2.750 signos o caracteres, como corresponde. Así que trataré de ser conciso.
En primer lugar, lo primero que salta a la vista es que las personas, en esta época, tienen una extraña mirada brillante que las hace inevitablemente atractivas. Para decepción de muchos, informo que hace bastante tiempo se ha abandonado la desesperada carrera por hacer tecnología sin conciencia de lo que se hace, sus días son bellamente simples.
Acaso también sea de gran interés, para el eventual lector de esta nota, conocer que en lo cotidiano han regresado a lo fundamental: el desarrollo de la conciencia. Viven en pequeñas aldeas donde lo principal es la relación solidaria entre las personas. Han vuelto a descubrir que es una gran soberbia creerse lo mejor del universo, pero intuyen que lo superior vive adentro de sus pechos sin ser su parte física, sino su parte espiritual, una luz intensa que pueden sentir todos los instantes de su vida y evita que se sientan solos. Esta maravilla, dicen los mayores, sobrevino gracias al trabajo de vivir cada momento en ese momento, sin tener que recurrir ni a la memoria ni a la fantasía del futuro lineal, pues ahora se comprende que la geometría del tiempo es circular. Se dispensará que sobre éste y otros asuntos no me sea posible abundar en estos escuetos apuntes.
Sin embargo, es éste uno de los motivos por el cual han dejado de contar los años. Por eso éste, que en el antiguo calendario sería de 2750, se llama Año de la Puerta Sur. Se refieren a la hermosa cruz que hacen cuatro estrellas en el hemisferio sagrado. Esto es porque éste es año de peregrinación: Todos cruzarán el planeta para reunirse cerca de las nieves eternas de la Antártica, donde los líderes realizarán una gran cadena, tomados de las manos, reafirmando sus votos de paz.
Las escuelas hacen hincapié en lo que se ha venido a llamar el milagro del segundo, para resaltar que cada uno debe abandonar la mecánica de los días. En la escuelas y las universidades, una materia está específicamente dedicada a propiciar que se trabaje para destruir los defectos personales. Esos viejísimos que antiguamente ya se nombraban como ira, pereza, lujuria, gula, codicia, soberbia y envidia.
Los seres humanos se han reducido en número, ahora el planeta alcanza para todos. De esta forma se participa de esa gran labor que es personal, y en comunidad viven de la agricultura y toman de los frutos de la naturaleza con gran respeto y agradecimiento. Excepto, claro, de un solo fruto: el fruto prohibido, que cada pareja cultiva en su patio. Acto, gracias al cual, la comunidad sabe que se garantiza el hermoso sosiego.
De resultas de ello, la gente ha conseguido una estupenda armonía interior, por lo que las enfermedades se han reducido, pues los microorganismos no tienen victoria sobre un cuerpo equilibrado con su psiquis.
Así, el sol bendice a los hombres con su luz todos los días, como hace hoy, día de Júpiter, el exaltado, que ilumina nuestros corazones.
No diré nada más, tampoco es necesario.
Se me ha indicado que el texto no puede ocupar más espacio que el de 2.750 signos o caracteres, como corresponde. Así que trataré de ser conciso.
En primer lugar, lo primero que salta a la vista es que las personas, en esta época, tienen una extraña mirada brillante que las hace inevitablemente atractivas. Para decepción de muchos, informo que hace bastante tiempo se ha abandonado la desesperada carrera por hacer tecnología sin conciencia de lo que se hace, sus días son bellamente simples.
Acaso también sea de gran interés, para el eventual lector de esta nota, conocer que en lo cotidiano han regresado a lo fundamental: el desarrollo de la conciencia. Viven en pequeñas aldeas donde lo principal es la relación solidaria entre las personas. Han vuelto a descubrir que es una gran soberbia creerse lo mejor del universo, pero intuyen que lo superior vive adentro de sus pechos sin ser su parte física, sino su parte espiritual, una luz intensa que pueden sentir todos los instantes de su vida y evita que se sientan solos. Esta maravilla, dicen los mayores, sobrevino gracias al trabajo de vivir cada momento en ese momento, sin tener que recurrir ni a la memoria ni a la fantasía del futuro lineal, pues ahora se comprende que la geometría del tiempo es circular. Se dispensará que sobre éste y otros asuntos no me sea posible abundar en estos escuetos apuntes.
Sin embargo, es éste uno de los motivos por el cual han dejado de contar los años. Por eso éste, que en el antiguo calendario sería de 2750, se llama Año de la Puerta Sur. Se refieren a la hermosa cruz que hacen cuatro estrellas en el hemisferio sagrado. Esto es porque éste es año de peregrinación: Todos cruzarán el planeta para reunirse cerca de las nieves eternas de la Antártica, donde los líderes realizarán una gran cadena, tomados de las manos, reafirmando sus votos de paz.
Las escuelas hacen hincapié en lo que se ha venido a llamar el milagro del segundo, para resaltar que cada uno debe abandonar la mecánica de los días. En la escuelas y las universidades, una materia está específicamente dedicada a propiciar que se trabaje para destruir los defectos personales. Esos viejísimos que antiguamente ya se nombraban como ira, pereza, lujuria, gula, codicia, soberbia y envidia.
Los seres humanos se han reducido en número, ahora el planeta alcanza para todos. De esta forma se participa de esa gran labor que es personal, y en comunidad viven de la agricultura y toman de los frutos de la naturaleza con gran respeto y agradecimiento. Excepto, claro, de un solo fruto: el fruto prohibido, que cada pareja cultiva en su patio. Acto, gracias al cual, la comunidad sabe que se garantiza el hermoso sosiego.
De resultas de ello, la gente ha conseguido una estupenda armonía interior, por lo que las enfermedades se han reducido, pues los microorganismos no tienen victoria sobre un cuerpo equilibrado con su psiquis.
Así, el sol bendice a los hombres con su luz todos los días, como hace hoy, día de Júpiter, el exaltado, que ilumina nuestros corazones.
No diré nada más, tampoco es necesario.
Etiquetas: futuro, poesía, ciencia ficción
1 Comments:
Hola, me gustaría ponerme en contacto contigo, acerca de una colaboración que te podría interesar.
Espero tu correo,
Un saludo, Diego
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