Al final
a punto de vaciar
la copa del abandono
lo que resta es el sabor de la sal
único recuerdo del mar
inacabable.
Y la rotura del cuerpo
mientras se secan los surcos
áridos
de los días
que mi mano aprieta
simulando un corazón
en golpe, en puño, en hueso
latiendo -eso sí-
desaforado.
2 Comments:
Annelissie, gracias por mostrarme esa población en silencio.
Un gusto haber recalado por azar en tu espacio literario, y en estas palpitaciones poéticas tan bien sincopadas.
Saludos....
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