viernes, julio 07, 2006

Trayecto

El volante no es una dirección, es un arco que al frente se mueve independiente de la noche que ya ha devorado tinta en su vientre de opaca tersura. A mi lado, tu cuerpo, la respiración, una densa marea de te quieros no dichos, y la luna que ha hundido su garganta de nata sobre un mar de presentidos deseos. Por la calle, la gente, los carros. Aquí, adentro, nosotros: callados descono­cidos. Aprieto los dedos. Un alguien desata el estrépito de su bocina a mi espalda. Y entonces sí: lúcida, como un regalo de soles, me viene la certeza de que entre ese tú y ese yo que no se aman hay un afán de beberse, no importa en qué callejón ni en qué verano, insaciables, todos los labios. (de mi libro Tamil, 2006)
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