El rugido
De repente, en nuestras lecturas, nos encontramos con algo así como una bofetada, un llamado de portón que hace que el interior del castillo ruja. Ese rugido emerge hasta los bosques exteriores y allí es silencioso como la fuerza no expresada del fondo de los volcanes cuyas entrañas grandan la poderosa lava que irrumpirá un día sin piedad para con los vivos.
Sentados frente a las pantallas de vuestra computadora estáis, visitantes, ante un texto de Artaud. Espero que tanto como se produjo en mí, adentro de cada uno de vosotros resuene ese bramido fundamental.
No podemos vivir eternamente
rodeados de muertos
..................y de muerte.
Y si todavía quedan prejuicios
hay que destruirlos
.................“el deber”
digo bien
.................EL DEBER
del escritor, del poeta, no es ir a en-
cerrarse cobardemente en un texto,
un libro, una revista de los que ya
nunca más saldrá, sino al contrario
salir afuera
................para sacudir
................para atacar
................a la conciencia pública
................si no
................¿para qué sirve?
¿Y para qué nació?
...........................................A.A.
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