jueves, abril 17, 2008

Biblioteca Familiar

La herencia de la humanidad es su sabiduría, y ésta se halla atesorada en libros. Se hace entonces importante que todas las personas puedan contar con una biblioteca en su casa.
Sin embargo, vale notar que el entorno familiar no es el mismo que el académico, aquí, en la acogedora llama del hogar se ingresa al mundo de lo íntimo, donde se presencia la personalidad de la familia. Así, la biblioteca familiar refleja esta personalidad. En ese contexto será prudente clasificar los libros: aquellos que son para los niños, los de literatura, los destinados a la consulta general, historia, geografía, economía, matemáticas, y otras ciencias, que bien podrían estar recogidas en enciclopedias, además de los útiles y diversos diccionarios y, finalmente, el lugar privilegiado, el de los libros primordiales o fundamentales y, por tanto, imprescindibles, que tienen que ver con lo esencial, esto último, más que por consejo, será el resultado de los años de lectura, y de la personalidad de la familia en particular.
En un hogar, son los niños los que mayor consideración merecen. Es altamente aconsejable que el padre y la madre, o el tutor, estudien con gran cuidado la selección de libros que sus niños leerán, estos libros deberían orientar hacia los valores humanos a través de historias que los interesen y los sensibilicen; por otra parte, sería atinado incluir libros que enseñen la historia de la humanidad y del país, región o patria; sin olvidar que imprescindiblemente los niños deben recibir libros con información y formación espiritual, y, claro, poesía, siempre poesía.
En ese contexto, simplemente a modo enunciativo nombraré:
El principito de Saint Exúpery, Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Caroll, La inteligencia de las flores y La vida de las abejas de Maurice Maeterlinck, Juan Salvador Gaviota de Richard Bach, El libro de las tierras vírgenes de Rudyard Kippling, La biblia del niño, aquel precioso libro llamado “El hombre que calculaba”, etc.
Nosotros tenemos uno de los poetas más hermosos para el público infantil, se trata de Oscar Alfaro, ese tarijeño que supo hablar en el lenguaje de lo mágico y de lo esencial, que siempre llega a los niños.
En la parte que corresponde a los adultos, se puede recomendar, en lo que a literatura nacional se refiere, las novelas Juan de la Rosa de Nataniel Aguirre, Siringa de Juan B. Coimbra, Aluvión de Fuego de Oscar Cerruto y Felipe Delgado de Jaime Saenz; en el género de cuento Sangre de Mestizos de Augusto Céspedes, Cerco de Penumbras de Oscar Cerruto, Embrujo de Oro de Adolfo Costa du Rels y El otro gallo de Jorge Suárez; y en poesía, la obra completa de Ricardo Jaimes Freire, Franz Tamayo, Gregorio Reynolds, José Eduardo Guerra, Oscar Cerruto, Jaime Saenz y Edmundo Camargo. En cuanto a literatura contemporánea se refiere, la lista puede resultar copiosa, sin embargo, puede el lector guiarse, a través de los premios y menciones de los diversos concursos nacionales de literatura, donde destacan, el Premio Nacional de Novela Alfaguara, que publica esta editorial, el Premio Nacional de Poesía Yolanda Bedregal, que publica Plural Editores, y el Premio Nacional de Cuento Franz Tamayo, publicado por varios, actualmente por la editorial Gente Común, sin descuidar que fuera de estas guías existen otros escritores de mucho valor que no participan en concursos, para lo cual, el lector interesado puede seguir los comentarios de las revistas nacionales de literatura, tales La Ramona, La Mariposa Mundial, Signo, Alejandría y otras, así como los suplementos culturales de los diarios, a pesar que en nuestro país son cada vez más escasos y, muchos, descuidados.
En cuanto a literatura universal se refiere, las recomendaciones serían interminables; sin embargo, yo aconsejaría que el lector se provea de la colección de libros de Jorge Luis Borges, que es un gran maestro de lectura, es decir, que a través de sus libros podemos llegar a una gran parte de los autores de la literatura occidental, sin temor a equivocarnos.
Aunque vale la pena recalcar que la biblioteca familiar debe contar con una buena sección de poesía, pues la poesía abre el alma del lector y lo lleva a la trascendencia, que es de lo que aquí se trata. Y si el objetivo es iniciarse, armar el primer esqueleto, no dudaré pues en recomendar la lectura de Fernando Pessoa, C.F. Cavafis, Wislawa Szymborska, Rainer María Rilke, T.S. Eliot, Charles Baudelaire, San Juan de la Cruz, Miguel Hernández y para los que quieran peso mayor, La Comedia (llamada La Divina Comedia) de Dante Alighieri.
En otras áreas del saber humano, sin relación con la literatura, recomendaría contar con La Biblia, Reportajes de la Historia de Editorial Planeta, Imitación de Cristo de Tomas A. Kempis, Tao Te King de Lao Tsé, Biografías de diversos personajes, Catálogos de pinturas. Repitiendo que en una biblioteca familiar no debería faltar alguna enciclopedia, de ser posible La Enciclopedia Británica, y la Summa Artis publicada por Josep Pijoan
Ahora bien, no sirve de nada comprar libros, ni siquiera sirve de nada leerlos, lo que importa es motivar al ser humano a mirar más allá de su cotidianidad, es decir motivarlo a detenerse y reflexionar. Ésta es la única manera en la que podemos lograr que el hombre se inquiete, deje de ser una máquina mecánica destinada a hacer dinero, a buscar un espacio para la parranda, o desgañitarse gritando tratando de desahogar sus decepciones con discursos políticos repetitivos, y se ocupe verdaderamente de trascender, entonces, podemos estar seguros que buscará los libros, aprenderá a seleccionar los que le sirven, a desechar los innecesarios, a analizar los dañinos, a disfrutar los hermosos, y a beber los esenciales.

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