Patinar
La estúpida ilusión que uno tiene de sí mismo lo hace patinar como un tren que tiene la máquina encendida: suena su estruendoso silbato, el vapor llena los andenes; pero se encuentra detenido, sin hacer otra cosa que girar sin fundamento su monstruosa maquinaria de bielas.
Así se siente cualesquiera que se distraiga con las noticias cotidianas, cuando en verdad sería suficiente una lectura semanal de todo, que ya es mucho. Alguien dirá: ¿Cómo? ¿No está informado? ¿Que pasa si ocurre un acontecimiento notable y usted no se ha enterado? Claro que no se da cuenta, ese pelafustán, que si es realmente importante, urgente, o si se trata de algo que me incumbe, lo sabré inmediatamente, pues alguno se encargará de hacérmelo saber. Y si no, no tendré ninguna necesidad de enterarme.
Perder el tiempo en informarse de todo es la forma de desgastarse, de desaparecer, de ser nadie. Y que sin embargo, ese nadie, creyéndose –porque se cree- sabedor de todo, opina, y dice “sus verdades de otros”, sin saber de qué conversa. Entonces se hace político, y habla y habla y habla como un pajarraco, llenándose la boca de datos que ha oído al pasar, que no ha verificado, y que mucho menos ha comprendido, ni procesado, verde de rabia, sin saber verdaderamente el porqué.
Y es en estos momentos que merece la pena recordar un poema de Antonio Machado, de Proverbios y Cantares:
XLIV
No desdeñéis la palabra;
el mundo es ruidoso y mudo,
poetas, sólo Dios habla.
Etiquetas: poesia, informacion, Dios, medios
Así se siente cualesquiera que se distraiga con las noticias cotidianas, cuando en verdad sería suficiente una lectura semanal de todo, que ya es mucho. Alguien dirá: ¿Cómo? ¿No está informado? ¿Que pasa si ocurre un acontecimiento notable y usted no se ha enterado? Claro que no se da cuenta, ese pelafustán, que si es realmente importante, urgente, o si se trata de algo que me incumbe, lo sabré inmediatamente, pues alguno se encargará de hacérmelo saber. Y si no, no tendré ninguna necesidad de enterarme.
Perder el tiempo en informarse de todo es la forma de desgastarse, de desaparecer, de ser nadie. Y que sin embargo, ese nadie, creyéndose –porque se cree- sabedor de todo, opina, y dice “sus verdades de otros”, sin saber de qué conversa. Entonces se hace político, y habla y habla y habla como un pajarraco, llenándose la boca de datos que ha oído al pasar, que no ha verificado, y que mucho menos ha comprendido, ni procesado, verde de rabia, sin saber verdaderamente el porqué.
Y es en estos momentos que merece la pena recordar un poema de Antonio Machado, de Proverbios y Cantares:
XLIV
No desdeñéis la palabra;
el mundo es ruidoso y mudo,
poetas, sólo Dios habla.
Etiquetas: poesia, informacion, Dios, medios
1 Comments:
interesante ... especialmente el final ...
saludos
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