Los misterios de la Guerra Santa
Para todos aquellos, que no pudieron asistir a la presentación de mi nuevo libro Territorios de Guerra, copio la pequeña introducción que hice, luego que Marcela Muñoz leyera el ensayo denominado El despertar de un guerrero elaborado por el poeta chileno Ariel Perez Rosas sobre la obra mencionada:
Territorios de guerra está escrito sobre la sustancia de las relaciones amorosas, aquí los seres sufren y fructifican a veces alternativamente, y otras simultáneamente, en el amor. La guerra va en busca de la Dama. La Dama por una parte es la mujer del desencuentro, con toda su parafernalia de deseo y de tortura, o el desencanto, cuando fracasamos en la batalla contra nosotros mismos; y por otra, es la mujer sacerdotisa, aquella capaz de levantar con su fuego el templo del amor, pero también es el alma -para Dante Alighieri lo fue, no otra cosa es Beatriz- tan necesaria de alcanzar, mientras tanto desalmados vamos por el mundo en una guerra, guerra permanente contra nosotros mismos, con una historia continua de victorias y fracasos. Tal la invitación de este libro; que sería, entonces, una provocación.Transgredir no es ir por el espejismo de la ruptura, sino viajar al encuentro de uno mismo, y si eso significa ir en contra de lo establecido, en tal situación entonces deberán rugir los leones. Para ejemplificar, hablaré de tres de mis últimas obras. Parece, por ejemplo que con El huésped he transgredido los modos de hacer novela en Bolivia, me lanzo con una novela de género aparentemente fantástico pero que constituye una reflexión sobre el camino del ser en busca de sí mismo. Con El lugar imperfecto propongo como literatura transmitir las lecturas que un hombre pueda tener sobre el mundo, haciendo uso para aquello del ensayo, la poesía y el cuento, y donde los únicos personajes son el autor y el lector accidental de la obra; sin escatimar en transmitir situaciones límites, o reflexionar sobre el circunstancias de lo moderno, sacudir con personajes que confiesan estar condenados por algún vicio, o simplemente ingresar en la crítica literaria a través de la ficción. Toda una estructura novedosa, que a falta de apelativo, en este caso, se la ha denominado novela, y que la crítica boliviana, perezosa, ha desdeñado aproximarse. En Territorios de Guerra hago lo que en estos días se considera que no es dable ya publicar: poemas de amor. Pero sucede que el discurso de Territorios de Guerra no se restringe a poemas de amor, que también lo son, sino que muestra la hermosa batalla, al igual que aquel poeta anónimo, un beduino de la frontera, que dibujó esta lucha en el siglo ix con un poema rotundo:
En dos frentes sostengo la guerra santa:
mi cuerpo que lucha contra el enemigo
y el amor que combate contra mi corazón.
En estos territorios transcurre el hombre lúcido, guerrero, en una beligerancia singular contra las huestes de sí mismo, como aquellos héroes de los que habla Jorge Luis Borges en El Jardín de los Senderos que se Bifurcan:
Tranquilo el admirable corazón
violenta la espada
resignados a matar y a morir
porque el otro, el de la bandera blanca, pávido y rendido, sumido en la profunda pesadilla de los días noche, ya ha sucumbido en el infierno.
Etiquetas: Gary Daher, poesia, Guerra Santa
Territorios de guerra está escrito sobre la sustancia de las relaciones amorosas, aquí los seres sufren y fructifican a veces alternativamente, y otras simultáneamente, en el amor. La guerra va en busca de la Dama. La Dama por una parte es la mujer del desencuentro, con toda su parafernalia de deseo y de tortura, o el desencanto, cuando fracasamos en la batalla contra nosotros mismos; y por otra, es la mujer sacerdotisa, aquella capaz de levantar con su fuego el templo del amor, pero también es el alma -para Dante Alighieri lo fue, no otra cosa es Beatriz- tan necesaria de alcanzar, mientras tanto desalmados vamos por el mundo en una guerra, guerra permanente contra nosotros mismos, con una historia continua de victorias y fracasos. Tal la invitación de este libro; que sería, entonces, una provocación.Transgredir no es ir por el espejismo de la ruptura, sino viajar al encuentro de uno mismo, y si eso significa ir en contra de lo establecido, en tal situación entonces deberán rugir los leones. Para ejemplificar, hablaré de tres de mis últimas obras. Parece, por ejemplo que con El huésped he transgredido los modos de hacer novela en Bolivia, me lanzo con una novela de género aparentemente fantástico pero que constituye una reflexión sobre el camino del ser en busca de sí mismo. Con El lugar imperfecto propongo como literatura transmitir las lecturas que un hombre pueda tener sobre el mundo, haciendo uso para aquello del ensayo, la poesía y el cuento, y donde los únicos personajes son el autor y el lector accidental de la obra; sin escatimar en transmitir situaciones límites, o reflexionar sobre el circunstancias de lo moderno, sacudir con personajes que confiesan estar condenados por algún vicio, o simplemente ingresar en la crítica literaria a través de la ficción. Toda una estructura novedosa, que a falta de apelativo, en este caso, se la ha denominado novela, y que la crítica boliviana, perezosa, ha desdeñado aproximarse. En Territorios de Guerra hago lo que en estos días se considera que no es dable ya publicar: poemas de amor. Pero sucede que el discurso de Territorios de Guerra no se restringe a poemas de amor, que también lo son, sino que muestra la hermosa batalla, al igual que aquel poeta anónimo, un beduino de la frontera, que dibujó esta lucha en el siglo ix con un poema rotundo:
En dos frentes sostengo la guerra santa:
mi cuerpo que lucha contra el enemigo
y el amor que combate contra mi corazón.
En estos territorios transcurre el hombre lúcido, guerrero, en una beligerancia singular contra las huestes de sí mismo, como aquellos héroes de los que habla Jorge Luis Borges en El Jardín de los Senderos que se Bifurcan:
Tranquilo el admirable corazón
violenta la espada
resignados a matar y a morir
porque el otro, el de la bandera blanca, pávido y rendido, sumido en la profunda pesadilla de los días noche, ya ha sucumbido en el infierno.
Etiquetas: Gary Daher, poesia, Guerra Santa
1 Comments:
muchas felicidades por el libro...
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