jueves, julio 28, 2011

Wilson Rocha

Gracias a Floriano Martins he llegado a la poesía de Wilson Rocha, un poeta nacido en Cochabamba, Bolivia, y que se trasladó en la década de los cuarenta, lo que quiere decir con un poco más de veinte años, a Salvador de Bahia en Brasil. Los poemas que Wilson Rocha publicó son todos en portugués. Emprendió una enorme actividad literaria y realizó labores permanentes de crítico de arte en el Brasil, luego, podemos afirmar que su vitalidad es brasileña, y así debería ser considerado. Un hombre es su vitalidad, esa es, al menos, su principal pertenencia, si es que de pertenencias hablamos, pues el verdadero hombre no pertenece a ningún lugar, si no que es habitante del cosmos infinito.

Aquí he intentado traducir (toda traducción es un ensayo) tanto la semblanza de Wilson Rocha (1921-2005) escrita por Pedro Moacir Maia, así como algunos de sus poemas.

A propósito, diremos que Pedro Moacir Maia (2029-2008), autor de la semblanza es un brasileño, originario de Bahía. Fundó en 1950 Diademe su pequeño sello editorial, y fue director del Centro Brasileiro de Cultura en Buenos Aires y luego en Santiago de Chile.

Disfrute el curioso lector de este blog esta semblanza.

WILSON ROCHA
(1921 – 2005)
Por Pedro Moacir Maia

Poeta de calidad y crítico de arte, militante, desde que llegó al Salvador, en la década de los 40, Wilson Rocha publicó sus primeros Poemas en 1946, haciéndose notar por sus compañeros de generación; con Cláudio Tavares, Vasconcelos Maia y Darwin Brandão, fundó Caderno da Bahia, revista y movimiento que entre 1948 y 1952 contribuyó al cambio de mentalidad y rumbo de las letras y artes en la región.

Su segundo libro, O Tempo no Caminho (El tempo en el Camino), es de 1950, y viene con ilustraciones de Aldo Bonadei, quién había expuestos meses antes en Salvador. Fue en esa época que Wilson Rocha comenzó a hacer crítica de arte en A Tarde, convidado por el director de ese entonces, Ranulpho de Oliveira. Colaboró también asiduamente en el extinto Diario de Notícias y en revistas de Salvador, de Río de Janeiro y de San Pablo. Vivió algún tiempo en esta última en 1959, y en Río en 1974, manteniendo las mejores relaciones con otros poetas y críticos y con artistas locales. Una estadía anterior en Buenos Aires, de algunos meses en el segundo semestre de 1957, a donde se dirigió por razones de salud, le permitió conocer las obras primas del arte europeo en museos y en colecciones particulares. En la gran capital porteña estableció sólida amistad con varios artistas. Fue un viaje siempre recordado con encanto y nostalgia.

Livro de Canções (Libro de Canciones) fue el tercer volumen de versos, publicado en 1960 por la Impresa Oficial do Estado, en la Coleção Tule, creada por Nelso de Araujo. En seguida, llegó su cuarto libro, De tempo Soluto (donde los títulos de los versos vienen en latín), Lisbo, Morais Editora, 1963; finalmente, ante insistencia de sus amigos pernambucanos, reunió otras poesía en Carmina Convivalia, Recife, Edições Pirata, con ilustraciones de Ismael Caldas.

Amigos y admiradores consideran A Forma do Silêncio (La Forma del Silencio) la mejor introducción al conocimiento de la producción poética de Wilson Rocha: una antología editada en Rio de Janeiro, enriquecida por fotografía, dibujos y facsímiles, con apoyo de la Fundação Cultural do Estada da Bahia. Sin embargo, más completa es Poesia Reunida, publicada por la Biblioteca Nacional, en 2002, en Rio, con un texto de João Carlos Teixeira Gomes, O Lirismo de WR (El lirismo de WR).

MUJER EN LA VENTANA

Mujer en la ventana, floreciendo.
Un largo sueño, fuera del mundo
tocando los confines del silencio
alejándose del amor
y del placer de las cosas.

PULCHRA SUNT ENIM UBERA

La lividez de los senos desnudos,
Dulcemente elevados
Libres para temblar.
Senos erguidos, lanceolados,
que se elevan
como olas del mar.
Senos turgentes,
forma depurada, antigua.
senos almendrados, bellos
como las ubres de las cabras.

HORTUS DELICIARUM

Revivir aquella alma sutil y mágica
como si viviese en otra época
con el esplendor del fruto cerca de los labios
y la gracia de la magia hecha de voz y hecha de canto.
Como si oyera todavía su voz
o como si encontrase un rostro que me recuerde al suyo.

DE PROFUNDIS

Donde la arcilla
restituye la forma,
más allá de los abismos,
extintos los velos,
modulando
el origen de las fuentes,
los amantes muertos,
rígidos de silencio,
se acuestan
bajo el sueño de las raíces.

SPLENDOR FORMAE

La levedad, la magia de los cabellos
y la forma de los senos, pura y concisa,
y el silencio de la inmóvil soledad
como si, adormecida, indagase
la naturaleza del encantamiento.

CANCIÓN DE LA FLOR EN LA TARDE
a Maria Ângela

Límpida transparencia,
en el cristal del día
rútila flor,
secreto y armonía.
Sueña el azul
y el rojo arde,
rútila flor,
corazón de la tarde.
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