lunes, diciembre 03, 2007

Todos los conversos son interesantes

Se cumple el sesquicentenario de Joseph Conrad.

Nacido Józef Teodor Konrad Korzeniowski, en la actual Berdichev (entonces Polonia, pero actualmente, Ucrania) e hijo de un noble polaco, Conrad adoptó en su adultez la lengua y la nacionalidad inglesas. Y es uno de los grandes escritores modernos en ese idioma.

Como no podía ser de otra manera, Jorge Luis Borges, amante de las letras inglesas, declara que el cuento (o novela, vaya uno a saber la precisión del género en este caso) “El Corazón de las Tinieblas” sea "acaso el más intenso de los relatos que la imaginación humana ha labrado". Y, si no es así, al menos para quien lo lee, no deja de ser perturbador, quedando en la memoria el terrible pasaje en el que Krutz, personaje principal, grita "¡El horror! ¡El horror!", como últimas palabras, en medio de la selva, dejándonos ignorantes de lo que lo provoca, pues ya se sabe que no existe mayor horror que a lo desconocido. “Gritó en susurros a alguna imagen, a alguna visión; gritó dos veces, un grito no más fuerte que una exhalación: ¡El horror! ¡El horror!”

A mí, Joseph Conrad, como me sucede con varios autores, me llega también fragmentario. ¡Internet, máquina monstruosa, maravilla inescrutable! En este mar, el barco cibernético, signo contemporáneo de todo navegante de la red, es quien me ha llevado hasta esta conmovedora pieza, que copio con admiración, como homenaje a su aniversario:

“Todos los conversos son interesantes. Los más de nosotros, si me perdonan el que traicione este secreto universal, nos hemos descubierto en un momento u otro cierta disposición a perdernos por el mal camino. ¿Y qué hemos hecho, en nuestro orgullo y cobardía? Echando miradas furtivas y aguardando el momento oscuro hemos enterrado nuestro descubrimiento discretamente, para seguir luego en la misma dirección de antes y esa senda tan transitada, que no tuvimos el valor de dejar y que ahora, más claramente que nunca, advertimos que no es sino el largo camino que lleva a la tumba.

El converso, el hombre capaz de gracia (hablo en sentido seglar) no es discreto; su orgullo es de otra clase. Abandona rápidamente la senda -el toque de gracia es casi siempre súbito- y orientándose en una nueva dirección incluso puede hacerse la ilusión de haberle vuelto la espalda a la misma Parca.

Conversos ha habido que, por su exquisita indiscreción, han ganado inmortalidad cierta. El ejemplo más ilustre, esa flor de la Caballería, don Quijote de la Mancha, sigue siendo para todo el mundo el único Hidalgo genuino y eterno. Como saben, el delicioso Caballero de España se convirtió a una fe imperativa en una misión tierna y sublime que lo alejó del hacer y de las costumbres propias del pequeño hidalgo provinciano. Luego sería apaleado, y con el tiempo hasta encerrado en jaula de madera por el Barbero y el Cura, apropiados ministros de un orden social justamente soliviantado. (...)”

Joseph Conrad, “Un vagabundo feliz”, 1910, Notas de vida y letras.


Etiquetas: , ,
eXTReMe Tracker