jueves, marzo 01, 2007

El mejor párrafo inicial

El suplemento de cultura La Era del semanario La Época, a cargo de Ricardo Bajo está realizando una encuesta, a cuántos escritores, periodistas, criticos, y otros lectores haya, para buscar, “ a través de una votación lo más masiva posible, los diez mejores inicios de la prosa boliviana. Se han hecho encuestas sobre el mejor poema, el mejor poeta, la mejor novela pero no, el mejor comienzo de un relato en la literatura boliviana. Como relato se entiende cuento, novela, ensayo, es decir prosa. Y se entiende inicio como un párrafo, tres, cuatro cinco frases iniciales, lo que se entiende comúnmente como inicio de un relato."

Los resultados de la encuesta, "Los diez mejores inicios de la prosa boliviana", se publicarán en el suplemento de cultura La Era del semanario La Época. Mientras que el email donde se pueden enviar las votaciones es jericoara@yahoo.com

Confieso que, en general, no encontré párrafos iniciales que me impactaran dentro de la literatura boliviana -o sea, a priori, podríamos pensar que no sabemos empezar muy bien, acaso nuestro mejor momento sea el nudo, el meollo, porque tal y como se ven las cosas tampoco sabemos terminar bellamente. Sin embargo, sí, encontré dos joyitas.

La primera, porque no quiero dejar de nombrarla, está en un libro que no sé si podremos clasificar como prosa (pues, ¿qué se puede llamar de prosa en estos días?, parece que no nos queda más que nombrar casi todo. Se trata de Coda al Diccionario de Jorge Patiño Sarcinelli, primer aparte que para su ilustración transcribo abajo. Este textito viene luego del título de la primera letra, la "A"con la empieza su Diccionario de acepciones poco frecuentes o rara. Observemos la guapa reiteración de las palabras que comienzan con la vocal 'a' y las hermosas imágenes que suscitan el texto, claro homenaje a la palabra escrita:

"Algunas arañas no sangran. Si por algún azar se adhieren a una arista de acero afilado o si el amor de un ángel les arranca una antena, se arrastran una alargada huella de aceite azul añil que los abates usan para adivinar."

2. Pero el párrafo notable, y en él va mi voto, corresponde a un cuento, y ya podrá el sagaz lector observar que encierra un teatro mágico, espantoso como perfilando el drama boliviano, la vida misma, el teatro de la guerra, se trata de El Pozo de Augusto Céspedes, por consecuencia también, acaso el mayor cuento de la literatura boliviana, y se encuentra recopilado en un libro que se llama Sangre de Mestizos. Aquí, como bien lo merece, copio aquel valioso párrafo inicial:



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15 de enero de 1933

Verano sin agua. En esta zona del Chaco, al norte de Platanillos casi no llueve, y lo poco que llovió se ha evaporado. Al norte, al sur, a la derecha o a la izquierda, por donde se mire o se ande en la transparencia casi inmaterial del bosque de leños plomizos, esqueletos sin sepultura, condenados a permanecer de pie en la arena exangüe, no hay una gota de agua, lo que no impide que vivan aquí los hombres en guerra. Vivimos, raquíticos, miserables, prematuramente envejecidos los árboles, con más ramas que hojas, y los hombres, con más sed que odio.
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