martes, abril 28, 2009

Fábula del camello, el león y el niño

Un niño perdido fue devorado por un león y en su vientre moraba. El león, acostumbrado a devorar cuanto vivía, no estaba enterado de esa realidad. El niño recordando haberse deslumbrado por las arenas del desierto, pues brillaban como el oro, no quiso desperdiciar la oportunidad de ser parte del león y deseó saber que hay detrás del desierto. Así que hablando con susurros estimuló al león a treparse sobre un camello para cruzarlo. El león pensó que se trataba de una corazonada que lo llevaría al lugar de la leona más hermosa del continente y realizó el anhelo del niño, pues el camello, naturalmente, obedeció sin réplica al rey de la selva, preservando su miserable vida.

Día tras día el camello hollaba lento las dunas cargado de un león que se había tragado un niño. Nada hacía prever que el desierto sería tan inmenso que pareciese infinito, de manera que el niño, cansado del juego, resolvió provocar nuevamente al león para obligar al camello a regresar a casa, aunque sin tener idea clara de qué dirección tomar. Por supuesto que el niño en el vientre había quedado débil por el hambre, de manera que su voz era inútil para inducir a la bestia, dedicándose apenas a morder las entrañas del león para aplacarse. El león sobre los lomos del camello imaginaba agonizar de sed pues sentía que le roían las tripas, de modo que, a momentos, en ciertos arranques de locura, lastimaba las gibas que guardan la supervivencia del camello para calmar su sed sin comprender que el líquido necesita transmutarse a través del camello para ser bebido. El camello agotado sigue su camino extraviado entre la arena.

En el cielo del desierto el sol orienta a los viajeros surcando diligente pero inútilmente desde el naciente todos los días.
El padre que desde el principio lo ha buscado llama sin respuesta desde cada oasis bendecido de verdes arboledas, que si todos supieran, siempre estaría cercano como dulce paz del agua.
Pero sólo el niño conoce la lengua del padre. Así que todo hace pensar que es necesario que el camello tire la carga y el león vomite su niño para quedar en libertad. Acaso así el niño escuche el llamado y busque al fin el regreso.

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viernes, abril 17, 2009

La vida no es sueño

1. Si estás en un sueño, no te parece que estás en un sueño. En el sueño vivimos lo que allí se pasa. Si alguien que queremos, dentro de las escenas que nos ocurren, se muere, nosotros la lloramos y creemos a pie juntillas que eso ha sucedido, y es tan fuerte, que muchos despiertan y demoran todavía unos segundos para convencerse de que no es real. Aunque pasados unos minutos todo lo que había en ese sueño se habrá desvanecido hasta una nueva oportunidad en la siguiente noche.

2. Según el postulado anterior es posible que también estemos soñando, solamente que este sueño nos parece un poco más real porque permaneciendo en él creemos que vivimos una continuidad vital, aunque solamente recordemos algunos fragmentos de nuestra vida, y que ni haciendo un gran esfuerzo nos acordemos de lo vivido hace dos semanas hecho tras hecho. Pero sosteniendo que esto sea verdadero, que estamos soñando, entonces la muerte sería el despertar de este sueño; pues es interesante considerar que también despertamos de repente y morimos de repente. Y que la muerte lenta, en cama, con sus fiebres, angustias y desazones es también como una pesadilla, un mal sueño.

3. Continuando, nadie está libre de pensar que puede que también despertemos a un otro sueño con características parecidas al de la supuesta vigilia anterior.

4. Y así sucesivamente.

5. Pero la vida no es un sueño, la vida verdadera, aquella donde la conciencia tendría un escenario de permanente atención sobre el universo, alimentándonos de su maravilla, tendría que fluir como el agua y permanecer como un fuego indeleble. Entonces la vigilia sería permanente y la luz su expresión inevitable.

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miércoles, abril 08, 2009

Apuntes del futuro

No ha sido gracias a las máquinas, sino a una alucinante secuencia de procesos energéticos que aquí los expertos manejan utilizando inteligentemente el lenguaje de la naturaleza y sus energías, que me encuentro en el futuro y envío estos apuntes.

Se me ha indicado que el texto no puede ocupar más espacio que el de 2.750 signos o caracteres, como corresponde. Así que trataré de ser conciso.

En primer lugar, lo primero que salta a la vista es que las personas, en esta época, tienen una extraña mirada brillante que las hace inevitablemente atractivas. Para decepción de muchos, informo que hace bastante tiempo se ha abandonado la desesperada carrera por hacer tecnología sin conciencia de lo que se hace, sus días son bellamente simples.

Acaso también sea de gran interés, para el eventual lector de esta nota, conocer que en lo cotidiano han regresado a lo fundamental: el desarrollo de la conciencia. Viven en pequeñas aldeas donde lo principal es la relación solidaria entre las personas. Han vuelto a descubrir que es una gran soberbia creerse lo mejor del universo, pero intuyen que lo superior vive adentro de sus pechos sin ser su parte física, sino su parte espiritual, una luz intensa que pueden sentir todos los instantes de su vida y evita que se sientan solos. Esta maravilla, dicen los mayores, sobrevino gracias al trabajo de vivir cada momento en ese momento, sin tener que recurrir ni a la memoria ni a la fantasía del futuro lineal, pues ahora se comprende que la geometría del tiempo es circular. Se dispensará que sobre éste y otros asuntos no me sea posible abundar en estos escuetos apuntes.

Sin embargo, es éste uno de los motivos por el cual han dejado de contar los años. Por eso éste, que en el antiguo calendario sería de 2750, se llama Año de la Puerta Sur. Se refieren a la hermosa cruz que hacen cuatro estrellas en el hemisferio sagrado. Esto es porque éste es año de peregrinación: Todos cruzarán el planeta para reunirse cerca de las nieves eternas de la Antártica, donde los líderes realizarán una gran cadena, tomados de las manos, reafirmando sus votos de paz.

Las escuelas hacen hincapié en lo que se ha venido a llamar el milagro del segundo, para resaltar que cada uno debe abandonar la mecánica de los días. En la escuelas y las universidades, una materia está específicamente dedicada a propiciar que se trabaje para destruir los defectos personales. Esos viejísimos que antiguamente ya se nombraban como ira, pereza, lujuria, gula, codicia, soberbia y envidia.

Los seres humanos se han reducido en número, ahora el planeta alcanza para todos. De esta forma se participa de esa gran labor que es personal, y en comunidad viven de la agricultura y toman de los frutos de la naturaleza con gran respeto y agradecimiento. Excepto, claro, de un solo fruto: el fruto prohibido, que cada pareja cultiva en su patio. Acto, gracias al cual, la comunidad sabe que se garantiza el hermoso sosiego.

De resultas de ello, la gente ha conseguido una estupenda armonía interior, por lo que las enfermedades se han reducido, pues los microorganismos no tienen victoria sobre un cuerpo equilibrado con su psiquis.

Así, el sol bendice a los hombres con su luz todos los días, como hace hoy, día de Júpiter, el exaltado, que ilumina nuestros corazones.

No diré nada más, tampoco es necesario.

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viernes, abril 03, 2009

Granado



Hemos plantado un granado
en el frontis de la casa
sus frutos serán rojos
a piel abierta
como el corazón de los hombres
que en ella oran.
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