sábado, febrero 28, 2009

Condena


Todo lo que he escrito
los horrores
borrones permitidos y erratas
la enorme sarta de palabras enlazadas en discursos febles
cada letra
cada frase
en cada mancillada hora

cada caída en la vanidad de la literatura
la enfermedad del verbo mal dicio
las estúpidas blasfemias
y el onanismo de las verborreas eróticas
tanto exceso de lenguaraces voces
todo aquello
con puntos y comas
todo es responsabilidad mía.

Y más
aún sin embargo
las larvas creadas en cada lector
por causa de mi precipitada y torpe mano.

De todo aquello
de todas esas manchas
soy el único culpable
de toda mi legión
de esta torva legión interminable
que algún desubicado llamó poeta
y que hoy se prepara
en acto de contrición
a morir decapitado

-Oh cabeza leve
Oh perdida-

como corresponde a su destino
de medusa parida con fuego fatuo.

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domingo, febrero 22, 2009

La salida del carnaval

En estos momentos en que las bandas han invadido las calles, los cohetes revientan por todas partes y las máscaras se han enseñoreado del agua, es necesario recordar algunos elementos poéticos ligados a la fiesta. Acaso el más importante es aquél que se refiere al caos primigenio representado por el carnaval. Caos a través del cual debe pasar el alma humana a fin de poner en evidencia lo más oscuro e inferior, para que de esa manera brote el grotesco como si se tratara de ley que homogeniza ese desorden.

No obstante, en ese maremagno subyacen mitos ancestrales, que no son otra cosa que mitos universales intentando decir una lectura trascendente. Es notable, por ejemplo, que en Oruro el carnaval tome un sesgo diferente, tenga en sí una liturgia, y se imponga un orden devenido de la Diosa Madre, representada en la Virgen del Socavón, la virgen que es patrona de la vagina de la montaña. De esta manera, todo lo grotesco, lo demoníaco, lo invertido danza en honor a la virgen, para que el danzante llegado al templo, peregrine de rodillas hasta la imagen, no sin haber previamente decapitado al monstruo, simbolizado por la máscara de la que se ha despojado y con la cual avanza hasta los pies de la inmaculada.

Sin embargo, este caos, como todo caos es un génesis de donde nacerá el orden y la luz. Poéticamente, este hecho estará siempre ligado al amor. Así el carnaval, trasladado a ese espacio se transforma en material de trabajo para quien sabe recibir los mitos y ejercita la tarea de despojarse de las caretas y disfraces vislumbrando de ese modo la salida. ¿Qué orden será éste impuesto por el amor? Pues aquel que se produce gracias al encuentro del hombre y la mujer, en perfecta complementación, como en este poema de Víctor Hugo, que guarda valores primigenios. Léase como lo que es, el rito de revalorizarnos luego del caos.

El hombre y la mujer
(Victor Hugo)

El hombre es la más elevada de las criaturas.
La mujer es la más sublime de los ideales.

Dios hizo para el hombre un trono; para la mujer un altar. El trono exalta, el altar santifica.

El hombre es el cerebro, la mujer el corazón; el cerebro fabrica la luz; el corazón produce el amor. La luz fecunda; el amor resucita.

El hombre es fuerte por la razón; la mujer es invencible por las lágrimas. La razón convence; las lágrimas conmueven.

El hombre es capaz de todos los heroísmos; la mujer de todos los martirios. El heroísmo ennoblece; el martirio sublimiza.

El hombre tiene la supremacía; la mujer la preferencia. La supremacía significa la fuerza; la preferencia respeta el derecho.

El hombre es un genio; la mujer un ángel. El genio es inmensurable; el ángel indefinible.

La aspiración del hombre es la suprema gloria. La aspiración de la mujer es la virtud extrema; la gloria hace todo lo grande; la virtud hace todo lo divino.

El hombre es un código; la mujer un evangelio. El código corrige, el evangelio perfecciona.

El hombre piensa; la mujer sueña. Pensar es tener en el cráneo una larva; soñar es tener en la frente una aureola.

El hombre es un océano; la mujer es un lago. El océano tiene la perla que adorna; el lago la poesía que deslumbra.

El hombre es el águila que vuela; la mujer es el ruiseñor que canta. Volar es dominar el espacio. Cantar es conquistar el alma.

El hombre es un templo; la mujer es el sagrario. Ante el templo nos descubrimos; ante el sagrario nos arrodillamos.

En fin: el hombre está colocado donde termina la tierra; la mujer donde comienza el cielo.

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lunes, febrero 16, 2009

Desierto de palabras

Si deambulas por el desierto de arena de palabras de la Internet, por todas partes se derraman promontorios de poemas, que luego son alzados por el viento y van de aquí para allá intentando una y mil piruetas, cien mil sinónimos, construyendo frases y frases sin que ocurra la poesía. Tan fuerte sed esto produce que los labios resecados callan. Mas cuando intempestiva (Oh esperada inesperada) aparece, vemos algo como agua que sale de la roca dura, y bebemos maravillados; pero de oasis, nada, de descanso, nada.

¿Qué alma mueve entonces a los lenguaraces? Ninguna.

La poesía más escondida que nunca, sin ser buscada, se apaga en la hojarasca.

En medio del ruido infernal que su nube produce, las langostas cruzan hacia el sur, quieren arrasar, su hambre no tiene límites.

Tal vez se desconoce:

Quien quiera realizar el arte tiene dos caminos.

Cierto es, hay aquel del obrero que trabaja incansable con las palabras en el fuego del corazón, para ellos nuestro respeto; pero aquí queremos hablar de uno más desconocido, de huella profunda, del poeta, del iluminado que penetra en el silencio para producirlas, convocarlas desde lo profundo, aquello que no es evidente para el personaje de a pie, que nace, vive, se reproduce y muere, aunque también hable de él, aunque parezca que es para él, cuando en realidad es para ese otro que no es él, pero es él adivinado en la distancia. Este también, humildemente, es obrero de las palabras, pero no sirve a las palabras; sino a la luz.

Quien decida por este último camino deberá regresar a la entrada primigenia, a la senda pedregosa del conócete a ti mismo, al despertar del que sabe que nada sabe, y a la construcción del hombre verdadero, para luego descender a los infiernos, cual moderno Dante.

“Per me si va ne la città dolente,
per me si va ne l'etterno dolore,
per me si va tra la perduta gente.

Giustizia mosse il mio alto fattore:
fecemi la divina podestate,
la somma sapienza e 'l primo amore.

Dinanzi a me non fuor cose create
se non etterne, e io etterno duro.
Lasciate ogne speranza, voi ch'intrate".

Y salir indemne.

Dejo este papelito en la hojarasca, a sabiendas que tiene dueño, sin saber su nombre; pues, como ya se dijo, escribir es mucha cosa, lo que aquí se hace es apenas un pendol.

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lunes, febrero 09, 2009

Visión de lo oscuro

Ahora, cuando los rayos de la bondad van desapareciendo del mundo y casi nada está iluminado, emerge la visión de lo oscuro. Esta visión es como una ciudad de hierros retorcidos y negros (las tonalidades se han esfumado dada la escasa luz). Apretada, la ciudad es un laberinto de amenazas.

Los animales con rostros de humanos degenerados vienen desde todos los rincones, tienen los rostros del vicio.

La miseria es una constante de las calles. En las habitaciones, la mayoría espera, encerrados y mirando las pantallas de colores, que alguna lotería, de la cual no han comprado los números, les brinde la entrada al paraíso. Cada uno tiene lista su maleta de infiernos, su neceser de deseos. No quieren entrar desnudos, anhelan los vestidos del pecado.

Una mujer transita de repente. Es una mujer rural. Sus cabellos han sido peinados a la orilla de algún arroyo, acaso todavía cristalino. Esa mujer guarda los frutos. En la leche que esa mujer brinda está el alimento, novedoso siempre, cuyo poder penetra todos los espíritus.

Allí todavía se guarda la esperanza. ¿Quién tendrá el coraje de buscarla? Se demoran las noticias del Parsifal moderno, mientras en las alturas de las urbes, ceguera sin límites, una jauría de ratas se disputa los últimos jirones del cielo

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domingo, febrero 01, 2009

Aplausos


Me parece que fue en 1999 cuando Homero Carvalho y yo nos dimos a la tarea de revisar la hemeroteca buscando artículos de comienzos de siglo y que nos dieran una idea de cómo era la vida cotidiana en Santa Cruz de la Sierra por esos tiempos. Sin duda, la experiencia fue sorprendente.

Uno de los pasajes singulares que encontré en los archivos correspondientes al periódico “El Trabajo”, no puede menos que ser difundido, acaso con la vana esperanza de penetrar el espíritu de la época.

Se trata de dos artículos, uno publicado el 18 de septiembre de 1905 (sin título) y el otro el 18 de noviembre del mismo año con el ribete “Vuelo a la eternidad con descención al suelo”, es decir exactamente dos meses después.

Quien lea con atención podrá descubrir la ligereza de la crítica, el espectáculo popular, la envidia, el riesgo, el siempre potencial crimen y la muerte.

18/09/1905
Un imparcial que responde al nombre de Amador González, principal payaso de la compañía de aprendices (campestre), pretende desmentir lo aseverado por “El trabajo” respecto de la pésima exhibición de la función acrobática del domingo10, asegurando en un remitido publicado en “La Ley” que la payasa y el chiquitín fueron acaloradamente aplaudidos por el público. Los payasos quizás han creído que en esta capital se aplaude a pedradas, como realmente los concurrentes lo hicieron en las espaldas de los aprendices, gritando en voz alta: Caballeros devuelvan la plata...
Si el remitente cree que eso es aplauso ya vendrán otros domingos para que le rompan la tutuma a ladrillazos.

18/11/1905
Vuelo a la eternidad con descención al suelo

Un gran gentío atestaba la plaza en la tarde del lunes de la presente semana, esperando una exhibición acrobática del desgraciado clown Amador González, que debía consistir en el VUELO RÁPIDO que en pasados días verificó con tanta felicidad y aplausos todos esperaban la repetición de esa peligrosísima prueba, admirando tanto la “Sangre Fría” de González, cuanto la extrema indiferencia de las autoridades policiarias encargadas de inspeccionar espectáculos públicos, quienes no tomaron ni la más pequeña medida de precaución.

Pocos instantes después, el deseo de expectación cámbiase en exclamaciones de terror, porque desgraciadamente se rompe la cuerda, y en consecuencia el desdichado artista González, cae de una altura de más de quince metros estrellándose en la plaza.

Al respecto se han hecho diversas conjeturas, llegando hasta sospecharse que alguna mano criminal haya cortado la cuerda. El fiscal ha requerido la indagación de la especie.

Sea ello lo que fuere, se da este triste ejemplo de un sacrificado por el dios Pan, a muchos de esos aventureros del arte que pudiendo vivir de un cómodo y remunerado trabajo se dedican a tan desesperadas tareas.

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